Recomendé este libro nada más terminarlo. No me preocupé por la hora ni por si mi pobre víctima tenía el móvil encendido y a todo volumen. La parte de mí que se lanzó a recomendar debió considerar que cualquier momento es bueno si el libro merece la pena.
84, Charing Cross Road es una recopilación de cartas entre la escritora americana Helene Hanff y Frank Doel, de la librería londinense Marks & Co. Su correspondencia, que empezó con una mera compra casi a la desesperada, fue evolucionando hacia una sincera amistad a lo largo de las siguientes décadas. Fue una maravilla leer algo así.
Tengo claro que me encantó 84, Charing Cross Road pero estoy teniendo auténticos problemas para explicar por qué en este post. Me dije a mí misma en su momento que me había fascinado lo genuino de Helene y Frank, como si alguien los hubiese construido y su voz fuese prestada. Quizá estoy demasiado acostumbrada a leer novela y esta es una señal de que debería ampliar mis horizontes.
Sin embargo, no creo que sea la novedad lo que hace de 84, Charing Cross Road una lectura tan especial. Independientemente de mi experiencia limitada, Helene Hanff tenía una voz personalísima y de vibrante expresividad, y nadie en esta colección se le queda atrás. Parece que leer demasiada ficción me llevó a pensar que en la realidad no había textos así ni personas como estas. No es la primera vez que un libro me hace sentir tan acompañada pero entonces tenía la certeza de que todo era, básicamente, una mentira. A lo mejor era cierto aquello de que la realidad supera a la ficción.
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