domingo, 27 de noviembre de 2016

Animales fantásticos y dónde encontrarlos

Amar algo a veces es odiarlo también.
Mi "relación" con Animales fantásticos y dónde encontrarlos fue complicada desde el principio. Como cualquier potterhead, había leído este libro en aquellos tiempos en que ni siquiera había terminado de publicarse la saga. Entre libro y libro, teníamos que ir abriendo boca con estas obritas. A Animales fantásticos y dónde encontrarlos no le falta encanto, sobre todo gracias a las notas "manuscritas" de los personajes de siempre, pero no dejemos de tener en cuenta que no es una novela: es un manual escolar, y su naturaleza estuvo clara desde el principio. 
Imaginad oír de pronto que de ahí van a salir, no una, sino cinco películas. Recuerdo la indignación primera, cuando sólo podía pensar en Newt Scamander recorriendo el mundo en busca de criaturas fantásticas, como una suerte de entrenador pokemon. Estoy mayor para estos sustos. 
Por suerte, hasta las franquicias más rentables dan de vez en cuando algunas sorpresas más que agradables. Los últimos tráilers de Animales fantásticos y dónde encontrarlos hablaban por fin de una auténtica trama más allá del manual que ya conocíamos. Ahí me empecé a relajar. Entonces oí la que para mí sigue siendo palabra clave de esta nueva saga: "Grindelwald". Este personaje quedó reducido a cameo en las películas de Harry Potter y, si bien en los libros está bastante claro quién es este mago, ni siquiera ahí terminaba de contarse su historia más allá de algunas referencias, unas más elaboradas que otras. No sabéis las ganas que tenía de ver por fin algo así. Ahí me uní a la euforia generalizada.
Animales fantásticos y dónde encontrarlos aún no profundiza en la historia de Grindelwald pero, de momento, la promesa basta y sobra. Me quedo con que esta nueva entrega cae muy lejos del autoplagio: sin prescindir de las familiares reminiscencias a la saga original, esta película es capaz de aportar una personalidad propia. 
Aunque la persecución de criaturas que me temía sí aparece en esta película, es más que capaz de conducir al meollo de la cuestión: se convierte en la excusa perfecta para introducir ambientes diferentes y nuevos personajes. La variedad asegura el dinamismo que una historia así, tan peligrosamente cerca de lo lineal, podría necesitar. Sin quitarle mérito al encanto personal de este Newt Scamander, creo que esta frescura la logra, en buena medida, el personaje de Jacob Kowalski. Es él, como outsider necesario en estos casos, quien siente todo nuestro asombro. 
Ahora bien, tengo que reconocer que el desenlace de Animales fantásticos es algo escaso. Si a lo largo de toda la película se había hecho un gran hincapié en lo estrictamente personal, en la resolución del conflicto parece imponerse el sentimiento de espectáculo. Me faltó que los personajes experimentasen el mismo choque emocional que nosotros como espectadores. A mí aún me puede la pena pero en pantalla apenas vi reacción.
Con todo, en general estoy muy satisfecha con Animales fantásticos y dónde encontrarlos. Estoy dispuesta a creer que de aquí pueden salir otras cuatro películas estupendas. 

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