miércoles, 30 de diciembre de 2015

Los soldados lloran de noche, de Ana María Matute

Empecé Los soldados lloran de noche pensando que iba a leer la continuación de Primera memoria y, aunque técnicamente eso es verdad, visto con un poco de perspectiva casi parece mentira.
Yo imaginaba que la historia continuaría en el mismo punto donde Primera memoria se interrumpió tan brusca y trágicamente, pero Los soldados lloran de noche empieza algunos años después. Sin embargo, no creo que sea el tiempo lo que abre este abismo entre una novela y otra. 
No reconozco a los personajes de Los soldados lloran de noche. Aún quedan algunos rostros familiares, pero son poco más que el pretexto para introducir otros nuevos. Como Manuel, que enseguida cede su protagonismo a Marta. La transición entre una historia y otra es tan sutil que apenas se percibe hasta que ya es tarde.
Ahora bien, aunque Marta es un personaje muy logrado (el suyo es un relato escalofriante e inolvidable), su voz no se distingue tan claramente de la de Manuel. A veces da la sensación de que acaba siendo protagonista porque en la narrativa de Matute no podría ser de otra manera: siempre fue en las voces femeninas donde brillaba de verdad. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

Daredevil (T1)


Me daba mucha pereza empezar Daredevil, no sé por qué, y al final se me hizo cortísima. 
Esta serie me devolvió a los primeros momentos de aquel maratón veraniego. Seguramente fue entonces cuando empecé a fijarme en lo que sigo llamando "villano" porque no encuentro una palabra mejor. En las películas de aquel verano había algunos personajes interesantísimos, pero creo que ninguno como Wilson Fisk. Puede que no exagere demasiado si digo que me ha gustado más este personaje que el protagonista. Y eso que yo suelo ser muy típica para estas cosas, que me enternece mucho la gente noble de corazón y todo eso. 
Supongo que lo mejor de Daredevil es que no dicotomiza esa bondad: en según qué momentos, los métodos de Matt Murdock no resultan menos cuestionables que los de Fisk, y encima a los dos se les llena la boca con aquello de "hacer de la ciudad un lugar mejor". Los dos son sinceros al respecto, que es lo que más me sorprende. Al menos yo nunca había visto a ningún villano con unos intereses tan "altruistas", si es que se puede decir así. Ahora bien, no descarto que fuese una tapadera buenísima (porque hay algo ahí más turbio que de costumbre) y que yo misma acabase cayendo en la trampa; no sería la primera vez que peco de ingenua, la verdad. 
Tengo la sensación de que la única diferencia entre héroe y villano en Daredevil es más bien de grado: los dos aceptan que el mal es inevitable, incluso necesario, en el camino hacia un bien mayor, pero sólo el héroe se impone unos límites. 
Lo cierto es que no hay nadie totalmente libre de culpa en Hell´s Kitchen (salvo Foggy, Claire, Elena Cardenas...) y tampoco nadie que no merezca algún tipo de redención (que no disculpa). Quizá eso es lo mejor que han hecho en Daredevil: enseñar que el bien y el mal viven puerta con puerta en un mundo más gris de lo que nos gustaría creer. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

Primera memoria, de Ana María Matute

Creo que nunca lo había comentado abiertamente: en este blog tengo por norma escribir sólo sobre los libros que yo escojo leer, no los que necesito para clase. Es verdad que no siempre soy tan recta: hay por aquí algunos libros que sí tuve que utilizar para un trabajo, pero me marcaron tanto que no pude evitar hablar de ellos. 
Esa frontera que me había impuesto se ha ido difuminando con los años porque tengo la inmensa fortuna de estudiar lo que realmente me gusta. Lo único malo es que a veces me veo en situaciones como esta: sé que la novela me gustó pero siento que no la leí como debe leerse una novela. O como a mí me gusta leer una novela, vaya.
En general, no sólo por mis manías, la lectura de Primera memoria ha sido un poco extraña. Ya conocía sus temas porque los estudié en la obra más tardía de Ana María Matute y, sin embargo, este retorno a los orígenes tiene algo de novedad. Seguramente sólo será nuevo para mí, por ignorar la cronología, pero no dejo de pensar que sí debe de haber algo distinto en Primera memoria. Parece que se impone un sentimiento más intenso, más roto, más desgarrado. A lo mejor lo que yo había visto hasta ahora no era más que la versión dulcificada de la historia (a fin de cuentas, el tiempo no pasa en balde y hasta las heridas más profundas cicatrizan algún día). A lo mejor esto que me sorprendió tanto fue ver un corte reciente, aún sangrante.