lunes, 22 de mayo de 2017

La gran belleza

Hace no mucho se me veía comentar que no soy ninguna esteta. Y sin embargo aquí estoy: rendida como todos ante La gran belleza.
Esta fue la insistente recomendación de una amiga (préstamo incluido), que además tuvo el buen instinto de no explicarme de qué iba. Ella tiene buena mano para las sinopsis, pero quizá esta sea la mejor manera de acercarse a La gran belleza: sin palabras. 
Aunque mi primer impulso siempre es describir La gran belleza como una película para recrear la vista, creo que eso no le hace ninguna justicia: la estética de La gran belleza tiene sentido siempre y cuando se le dé un significado último; de otra forma no sería más que un espectáculo de fuegos artificiales. 
Me pregunto si no estaré cayendo en el más profundo snobismo con comentarios como ese. Quiero decir: ¿tan malo sería que una película se basase en la imagen? Al fin y al cabo ese es su medio ¿no? No me lo tengáis demasiado en cuenta: soy una persona de palabras, como quien dice, y hay poco que pueda hacer para remediarlo. A estas alturas lo único que sé a ciencia cierta es que para mí fue tan importante el debate post película como la película en sí; en mi caso fue eso lo que completó la experiencia de La gran belleza
Creo que voy a seguir el ejemplo de mi amiga y parar el post aquí. Vuestros coloquios, si los necesitáis, deben ser vuestros. 

miércoles, 17 de mayo de 2017

Mr. Fox, de Helen Oyeyemi

Mr. Fox empieza como la historia de Mary Foxe, una musa que se venga de su autor, el señor Fox, por ser tan cruel y despiadado con sus personajes femeninos. ¿Hacía falta algo más para zambullirme en esta novela? No, realmente no. 
Sin embargo, es posible que estuviese demasiado inmersa en esta idea como para disfrutar lo que Mr. Fox es en realidad: una colección de cuentos. Y son unos cuentos maravillosos, quiero dejar eso claro. Tienen ese levísimo toque de fantasía que adoro (aunque no lo sabía hasta ahora), y un encanto personal que jamás podré olvidar. Todavía se ve algo de la lucha entre personaje y autor que comentaba al principio, pero sólo si se observa con mucha atención. 
Y volvemos a mi dilema: ¿me quedo con unos relatos fantásticos y olvido la primera idea, o realmente estoy en lo cierto si digo que el relato marco de Mr. Fox no está bien rematado? A mí me sigue sonando raro, por más vueltas que le doy, pero es que no encuentro resuelto aquel conflicto original. Aunque me encantó que Daphne se desarrollase como algo más que "la mujer del escritor", no dejo de pensar que la línea que se abrió con ella no acabó de cuajar en el conjunto porque, a la hora de la verdad, las que evolucionan son ella y Mary, no el señor Fox. Quizás en un sentido metaliterario este es el mejor giro posible pero, no sé, sigue sin parecerme el empate que Mary merecía. Claro que siempre estuve de su parte; el señor Fox nunca tuvo la más mínima oportunidad.

Necesito tanto comentar Mr. Fox con alguien más que verla traducida me emociona profundamente. 

sábado, 13 de mayo de 2017

Balada de Caín, de Manuel Vicent

A lo mejor estoy un poco gruñona con Balada de Caín porque es un libro que tenía metido entre ceja y ceja desde que era pequeña y cogía lo primero que pillaba y me sentaba ahí mismo a leer un poco, aunque sólo fuese el principio (y mis pobres padres intentando pasar por encima). 
Balada de Caín tiene un comienzo precioso, tal como recordaba. Y un desarrollo precioso. Y un final, a su manera, precioso también. Lo que pasa es que, a lo mejor, las cosas así de preciosas ya no me encajan. Quién me iba a decir a mí que con el paso del tiempo mi ya de por sí escaso sentido de la estética se iría atrofiando más todavía. 
En fin, yo sólo sé que me faltaba historia en Balada de Caín. Anécdota, si queréis. Pero, sobre todo, eché de menos un desarrollo de personajes más profundo: me importa poco que la acción no sea precisamente trepidante si tengo la oportunidad de ver el mundo a través de los ojos de un personaje interesante. 
Ya no sabría decir en qué hace énfasis Balada de Caín, pero tengo claro que no es en eso. Diría que el conjunto se parece más a una especie de síndrome de Stendhal. Vicent se centra tanto en la imagen que todo lo demás acaba en un segundo plano, incluido Caín: la novela se va construyendo sobre el momento en que Caín se convierte en Caín pero cuando llega es apenas un accidente. ¿De qué sirve recrearse en tanta pintura si al final sólo se usa un color?

jueves, 4 de mayo de 2017

Legión (T1)

Estaba tan eufórica por el estreno de Legión que hasta leí un artículo sobre el tema en Quinta Temporada. Y mirad que yo soy muy mía para estas cosas, que intento proteger las primeras impresiones como si fuesen de cristal. Pero, no sé, había algo en Legión que me atraía como un imán. 
Al final, leer ese artículo fue lo mejor que me pudo pasar. No sólo prescinde de spoilers (que es uno de mis mayores miedos), sino que da la idea clave para ver Legión: la subjetividad. 
En el fondo esta temporada no deja de ser la clásica historia del nacimiento de un héroe pero, si algo la hace única y personal, es precisamente que se rige por la perspectiva de su protagonista: lo que David ve es justo lo que Legión nos da. 
A cambio de una división firme entre realidad y sueño, Legión ofrece una de las estéticas más cuidadas que he visto en muchísimo tiempo. Estoy lejos de ser una entendida, pero tengo la sensación de que no hay nada al azar en esta serie: el color, las luces, el vestuario de aire anacrónico, la música... Legión es sencillamente deslumbrante. Casi me daba miedo parpadear mientras la veía, porque hasta el más nimio detalle podía acabar siendo crucial.
Si le tengo que poner una pega, por poner una, diría que en un par de capítulos (2 y 3, si no recuerdo mal) la acción se detiene demasiado. Entiendo que había mucho que explicar pero, personalmente, soy más partidaria de aclaraciones breves y espaciadas; creo que el ritmo general no se resiente tanto. Ojo, de ninguna manera esto quiere decir que Legión deje de ser interesante: nada de lo que se cuenta es gratuito. De todas formas, si lo peor que se puede decir de una serie es esto, es que estamos ante algo de calidad. 
Cuando lleguéis al final de la temporada, esperad a que acaben los créditos: hay una pequeña escena que, aunque duele como una patada en el estómago, es necesaria para la segunda temporada. Se estrenará, por cierto, en 2018. Intentad sufrir la espera en compañía.