martes, 25 de febrero de 2014

XXY

No sé si esta es una de esas películas que deberían ir contraindicadas para gente sensible o impresionable. El tema que trata, a poco que indaguéis en lo que significa su título, ya se revela como "polémico", por decirlo de alguna forma. Sin embargo, como en otras muchas ocasiones en que la temática parecía encaminada en una dirección, el resultado final se aleja irrevocablemente. 
XXY aborda lo que se ha dado en llamar "intersexualidad". Yo no os voy a explicar en qué consiste porque sólo cuento con la vaga idea que el propio nombre indica y, sinceramente, una explicación más detallada me va grande. De todas formas, todo queda bien claro en la película así que por eso no os preocupéis. 
En XXY se conjuga una sutil explicación de lo médico con una sensibilidad y una riqueza humana sin parangón. Y es que llega un momento en que lo importante no es ya el síndrome-lo-que-sea, sino la propia aceptación, el amor, la familia, el apoyo. 
Sigue siendo una historia complicada, por supuesto, pero como en el fondo lo son todas. Porque Alex, protagonista de esta cinta, siempre ha sido mucho más que un fenómeno médico, aunque no todo el mundo se diese cuenta desde el principio. 

domingo, 23 de febrero de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados

Vamos a intentar dejar a un lado el hecho de que esta película fue una de las grandes ganadoras de los Goya de este año. No por rencillas ni decepciones ni postureo, sino porque los premios no aportan nada. Debe de ser un gustazo recibirlos, por supuesto, pero no vamos a centrarnos en eso ahora. Es cierto que pude verla en el cine precisamente porque se repuso gracias a los Goya pero ese sí que es otro tema. 
Probablemente ya sabréis de qué trata Vivir es fácil con los ojos cerrados. La cuestión es que, como suele pasar, el argumento refleja muy pobremente lo que supone la película completa. 
A veces Vivir es fácil con los ojos cerrados se hace un poco irreal. Este viaje, road trip a la española, condensa en unos pocos días (no sé exactamente cuántos) unas vivencias muy intensas, unas confidencias que, en otras circunstancias, no parecerían posibles. Sin embargo, el resultado final no es tosco ni atolondrado; lo irreal importa poco porque la historia misma, de algún modo, lo exige. Sin esas pequeñas licencias, que no dejan de ser parte de lo extraordinario en la vida cotidiana, Vivir es fácil con los ojos cerrados no sería la película tan tierna que es. 

domingo, 16 de febrero de 2014

Tienes un e-mail

Algunos llaman a estas películas "guilty pleasures", como si hubiese que sentirse culpable por verlas o algo así. Creo que ya os lo he comentado en otras ocasiones: yo creo que si una película se puede disfrutar, no una sino unas cuantas veces, ya tiene algo más que digno de mención, aunque no sea la mayor obra maestra de la historia del cine. 
Estas películas consiguen que te evadas por un momento, que te metas en una historia que puede no tener nada que ver contigo (o sí), que conozcas a unos personajes que quizá de otro modo te resultasen ajenos. Eso es para mí Tienes un e-mail
Ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto, aunque lo bueno de estas películas es que eso es lo de menos: siempre se puede encontrar algo nuevo o, como mínimo, redescubrir viejas delicias. Lo importante, en cualquier caso, es que siempre se disfrutan.
No sería la primera vez que alguien me mira con pasmo al enterarse de que Tienes un e-mail es una de mis películas favoritas. Según dicen, "no me pega". Nunca sé cómo tomarme esas cosas, ni ahora, dándole vueltas con un poco de paciencia. Supongo que ese será siempre uno de los grandes misterios de mi filmoteca. Ahí sí que nada pega con nada. A lo mejor lo que pasa es que no parezco de esas personas a las que les gustan las películas "preciosas" al estilo de Tienes un e-mailPero bueno, eso es lo de menos ahora. 
Por supuesto, no os voy a contar de qué trata esta película aunque, si he de ser sincera, me tienta mucho la idea. De todas formas, cualquier resumen parecería reducirla al clásico estereotipo. La cuestión es que probablemente la realidad no está demasiado lejos de ese tópico que intento evitar. Yo creo que lo que la salva es la pasión que hay debajo de ella: pasión por los libros y, además, una especie de residuo de olor a librería, ese que se inspira casi sin darse cuenta. Eso es lo que hace de Tienes un e-mail una película preciosa y "encantadora".

sábado, 15 de febrero de 2014

Hitchcock

Esto de los biopics a mí me sigue pareciendo muy peligroso. No creo que convertir a una persona real en un personaje de ficción pueda salir bien, menos aún cuando la persona en cuestión es una celebridad. Pero eso ya lo sabíais.
El caso es que Hitchcock, en cierto modo, supera un poco esta problemática porque el protagonista, un brillante (y extraordinariamente bien caracterizado) Anthony Hopkins, no tarda en convertirse en un personaje oscuro, complejo y genial. 
Es cierto que después de ver la película no se puede saber mucho más sobre este mítico director pero ¿eso qué importa? Hitchcock escoge un momento muy concreto, la dirección de Psicosis, y se mueve sólo en torno a él. De esta forma, lo que podría haber sido un retrato parcial se convierte en el reflejo de una de las peores épocas en la vida de este personaje, que normalmente funciona mejor como retrato que esos típicos recorridos de "toda una vida". Y sigo insistiendo en que se trata de un personaje, no de una persona real: si fuese real, no sería el protagonista de una película. 
De todas formas, esto no deja de ser una fijación que tengo con los biopics y que a fin de cuentas no aporta mucho a estas "reseñas". La cuestión es: ¿recomiendo Hitchcock? Sí, pero con cuidado. Es una película entretenida y bastante bien hilada, muy lograda cuando recrea Psicosis, aunque lamentablemente no llega a alcanzar los niveles de maestría del auténtico Hitchcock; tiene algunos puntillos muy interesantes, pero no pasa de ahí. 
Sólo os recomiendo, como siempre, que no os creáis todo lo que os cuenten, ni en este ni en ningún biopic. Sólo por si acaso. 

jueves, 13 de febrero de 2014

El crepúsculo de los dioses

El crepúsculo de los dioses no se ha convertido en uno de los grandes clásicos de la historia del cine por nada. Tiene, para empezar, todos los ingredientes necesarios para ser una gran historia. 
Es cierto que ahora mismo, más de medio siglo después, algunos de sus elementos nos pueden resultar extraños, o que la trama es en algunos puntos casi predecible. Y a pesar de todo, el de El crepúsculo de los dioses es un relato que funciona, sin fisuras, sólido como una roca.
No obstante, tengo que reconocer que a veces me surge un pequeño problema con estas películas: se las ha reelaborado tanto que es imposible no conocer los subproductos que han originado, y eso la mayoría de las veces supone un spoiler en sí mismo. Es una pena, pero la cultura popular a veces es así de traicionera. 
Por suerte eso no impide que se puedan disfrutar. El crepúsculo de los dioses, como os digo, es una historia lo bastante buena como para ser así de atemporal por méritos propios. Sobre todo el final, los últimos minutos, son una auténtica obra maestra. Todos lo hemos visto alguna vez, de alguna forma, con otros nombres y otras caras, pero con esta misma idea, que aquí aparece en todo su esplendor. El conjunto, sin embargo, a lo mejor por lo que hemos estado comentando, es ligeramente menos epatante de lo que yo esperaba. 

Puesto #55 de las 200 de Cinemanía. 

miércoles, 12 de febrero de 2014

El erizo

Hoy quiero hablaros de una de mis películas favoritas. Es, además, una de las mejores adaptaciones de una novela que he visto en mucho tiempo. 
Leí La elegancia del erizo cuando estaba en el instituto y, si no recuerdo mal, ese mismo año en la revista que llevábamos allí me dejaron hablar precisamente sobre este tema, que ya sabéis que me trae de cabeza. No estoy segura de qué otros casos mencionaba, pero sí sé que la impresión de El erizo fue más que positiva. 
El otro día, cuando me puse a ver esta película otra vez después de tanto tiempo, tuve miedo de tener la novela demasiado olvidada. Recordaba la idea general, claro, pero lo mejor de esta historia está en los detalles. 
Los que hayáis leído esta fantástica novela de Muriel Barbery sabréis la grandísima importancia que tiene la literatura en la historia. Por eso, al enfrentarse por primera vez a la versión cinematográfica, uno puede temer por la integridad del conjunto y la riqueza de aquellas impresiones. 
Así que imaginaos mi asombro cuando vi que todo lo que Paloma, la niña protagonista, escribía y discurría en La elegancia del erizo se convertía en El erizo en una película, en un dibujo, en una postal. No podría estar mejor hilado todo. 
Por supuesto, no podemos conocer a los personajes del cine en la misma profundidad que los de la novela pero, si os sirve de algo, en el fondo son exactamente los mismos. Por lo menos a mí, por todas estas cosas, El erizo me devolvió la fe en estas adaptaciones. 

lunes, 10 de febrero de 2014

Los cazafantasmas

Vale, no puedo negar que Los cazafantasmas ha hecho méritos más que suficientes para ser uno de los grandes clásicos del cine de los ochenta, aunque sólo sea por los grandes momentos que aporta, a cual más absurdo, y el imprescindible Bill Murray. 
Aun así, también tengo que reconocer que me costó entrar en la historia. De hecho, creo que no llegué a hacerlo del todo y, la verdad, no sé por qué. 
Creo que en casos como este es importante saber qué esperar de una película: Los cazafantasmas no es una obra maestra del cine, sólo una película para pasar el rato y ya está. Por eso no tengo del todo claro qué es lo que ha fallado porque desde luego no fue culpa de unas expectativas demasiado altas. 
Voy a tener que dejarlo en que no es una pérdida de tiempo verla y ya está. ¿Domingo por la tarde sin nada que hacer? No sé, haz caso de su eslogan, que por algo dio una de las sintonías más tarareadas de los últimos treinta años.

domingo, 9 de febrero de 2014

Choque de reyes, de George R. R. Martin

Pues aquí sigo, avanzando con Canción de hielo y fuego mientras sale la cuarta temporada de Juego de Tronos. El objetivo que me había marcado en su momento (leer los cuatro primeros libros antes del estreno de la nueva temporada) es ahora mismo un imposible, aunque no todo son malas noticias. Creo que lo que me ha dado esta falta de tiempo es, sobre todo, una nueva perspectiva o, más exactamente, una visión más clara de mi visión inicial. 
En su momento quise separar la serie de los libros, sabiendo que, por muy buena que sea una adaptación, nunca llega al nivel de sus orígenes. Además, me contaron que con cada temporada, Juego de tronos se convierte en una versión cada vez más libre. 
Yo no voy a entrar ahora en si eso es bueno o malo. Creo que lo mejor que podemos hacer es dejar claro que son cosas completamente distintas, aunque la historia tenga efectivamente un origen común. Y esa es precisamente la cuestión: eran lo mismo en origen pero han tomado rumbos distintos. Por supuesto, cada una tenía que seguir el camino impuesto por su medio.
Aunque después de leer Juego de tronos me pude dar cuenta por fin de que la serie omite y condensa muchos detalles (vale, necesario en la mayoría de los casos), sólo ahora soy consciente de su magnitud. Seguiré diciendo que la serie está bien por su cuenta, pero hay muchísimas cosas que no se cuentan, o que se cuentan de otra manera. Intento ser justa y valorar, como os digo, cada producto por sus propios méritos pero tampoco puedo decir que esté completamente satisfecha con todos los cambios que se han hecho porque algunos personajes han salido muy pero que muy mal parados. Con el cuidado y el detalle con que Martin trata a sus personajes (aunque resulte irónico), eso me parece un poco triste. 

martes, 4 de febrero de 2014

Sherlock


Reconozco que al principio no me interesé lo más mínimo por esta serie, no recuerdo por qué. Y eso que la gente siempre habló muy bien de ella. Supongo que yo, que "tengo el cupo de series cubierto", necesito un bombardeo constante y muy específico para decidirme a empezar una serie nueva. Me estoy refiriendo, cómo no, a tumblr. Y a un par de amigos, pero sobre todo a tumblr. 
El caso es que he visto las tres temporadas en las dos últimas semanas y ahora me toca esperar hasta diciembre (creo) para la cuarta. Es lo que tiene no saber dosificar. Lo que nos interesa en este post es que queda demostrado que con Sherlock no se puede tener paciencia: no vas a poder evitar querer ver más, saber más, y saberlo pronto. 
Yo nunca he sido una gran seguidora de la más conocida obra de Conan Doyle, aunque eso no significa que no conozca algunas de sus historias. Gracias a esa suerte de sabiduría popular he podido comprobar cómo en Sherlock parten de aquellos relatos y los adaptan a nuestro tiempo y nuestra cultura, y el resultado muchas veces es sorprendentemente brillante: ¡funciona! Surgen algunas cosas que no podrían ser más fantásticas y desvariantes (como el capítulo "The Hounds of Baskerville") pero que, en medio del caos, son completamente perfectas. Os podréis imaginar que sigo en las nubes gracias a ese capítulo.
Pero, además de eso, lo que recupera Sherlock son los grandes clásicos detectivescos, esos que de vez en cuando disfruto tantísimo. Porque a mí me encanta tener delante las piezas, justo delante de mis narices, y que se me deje un tiempo para encajarlas por mi cuenta. Al final podré acertar o no, claro, lo importante es el ejercicio en sí: no podría ser más estimulante. 
Y qué decir de su imagen. Por supuesto, no soy una entendida al respecto, pero a veces aparecen detalles tan llamativos que me quedo embobada con ellos. Qué se le va a hacer. 
Lo importante, en cualquier caso, es que Sherlock es una gran serie: magníficamente desarrollada en todos sus sentidos, más que digna de tener en cuenta. Ahora a ver cómo aguanto hasta la próxima temporada.