lunes, 30 de septiembre de 2013

La sonrisa de Mona Lisa

Me gusta pararme de vez en cuando a mirar lo que está ocurriendo a mi alrededor; creo que es uno de los pocos momentos en los que se puede tener perspectiva y formar una idea clara de cómo están las cosas. Claro que también ayudan películas tan acertadas como La sonrisa de Mona Lisa
Para que os hagáis una idea, la historia tiene lugar en la Nueva Inglaterra de los años cincuenta, un tiempo en el que las mujeres nacían y crecían para convertirse en esposas y madres; ¿para qué más? Eso sí, ya entonces existía un cierto decoro: había que cambiar un poco de imagen para que el atraso pareciese menos escandaloso.
Es más o menos lo mismo que lo que se nos presenta ahora. A ver, no me entendáis mal: no creo que ser ama de casa sea menos digno que trabajar fuera; es una cuestión de opciones. Lo que me molesta es que se nieguen esas opciones y se intente imponer un único camino.
La sonrisa de Mona Lisa es el más perfecto retrato de las dos caras de esta moneda. Es una mirada no siempre amable aunque sí certera y, sobre todo, fiel al tiempo que recrea, igual que sus personajes. Puedo no estar de acuerdo con algunos de ellos pero eso no impide que llegue a entenderlos y hasta a cogerles cariño. Cada vez que veo esta película intento llevar un poco de eso a mi vida. Y progreso.

domingo, 29 de septiembre de 2013

La gran familia española

A mí no me emociona el fútbol. Tampoco me gustan particularmente las bodas. Ni tengo una gran familia. Sin embargo, nunca podré llegar a explicar lo mucho que me encantó La gran familia española.
Eso es lo bonito del cine: consigue conectarte a algo que en principio te era ajeno. Y algo tiene esta película que logra atraparte desde el primer minuto. Es una historia tan bien contada que siempre parece sencilla aunque, cuando todo acaba, no es difícil darse cuenta del largo camino que se ha recorrido desde aquel inocente comienzo hasta un final agridulce y genial. De alguna manera, uno puede crecer en esta película.
La verdad es que no tengo nada negativo que decir de La gran familia española. De hecho, y esto es aún más raro, no hay nada que no quisiera destacar, absolutamente nada. Sólo quiero insistir, antes de irme, en que no os la perdáis: esta película realmente merece la pena.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Las ventajas de ser un marginado

No sé exactamente por qué pero tuve muchas ganas de ver esta película desde el primer momento en que oí hablar de ella. Supongo que sería por eso y por el tiempo que pasó entre entonces y el día que por fin pude verla por lo que mis expectativas eran altísimas, probablemente demasiado.
Me imaginaba Las ventajas de ser un marginado como una reinvención de las películas de adolescentes, pero no de la manera que vimos el otro día con Rumores y mentiras, sino más sutil, más delicada y menos inclinada a la comedia. 
Las ventajas de ser un marginado intenta ser una reflexión profunda (en el sentido más superficial de la palabra) sobre las relaciones humanas pero se acaba quedando en una mera recopilación de escenas apenas conectadas entre sí. Parece que se apoya demasiado en un guión que no es tan potente como les gustaría. Y no sé por qué ocurre así, la verdad, no sé qué ha podido pasar. No he leído la novela en la que se basa esta película pero tengo la sensación de que el problema no está en ella, sino en el proceso de adaptación. Voy a tardar bastante en poder averiguarlo pero podéis estar seguros de que no se me va a olvidar. 
De momento lo único que puedo saber a ciencia cierta es que el relato de esta película resulta impermeable, completamente ajeno al espectador. No es sólo que no haya nada con lo que identificarse, sino que apenas hay hilos de los que tirar: nunca se llega a conocer a ningún personaje, ni siquiera al protagonista. Este es un buen ejemplo de que una voz en off y un relato pretendidamente intimista no siempre producen una historia auténtica.

domingo, 8 de septiembre de 2013

El graduado

Había oído hablar mucho de esta película (y también había escuchado Mrs Robinson, de Simon & Garfunkel) pero nunca tuve muy claro de qué iba hasta que me decidí a verla. 
De entrada no parece una historia muy complicada: el protagonista es un joven recién licenciado que se encuentra de nuevo en la casa familiar, sin nada que hacer y convertido en el foco de las atenciones de una amiga de sus padres.
Lo más interesante de todo es que nunca llega a ser nada tórrido y, además, no centra la atención en la aventura entre ambos. Porque El graduado acaba siendo un relato sobre el fin de la juventud, el siempre difícil comienzo de la edad adulta.
Podemos ver cómo Benjamin, un notable Dustin Hoffman, no acaba de hacerse a su nueva situación y cómo se mezclan sus costumbres y maneras de niño con su recién adquirido rol de adulto. Pero Benjamin no es un adulto todavía ni pretende ser Peter Pan: sólo es un niño perdido.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Rumores y mentiras (Easy A)

He aquí un homenaje a las clásicas películas de adolescentes de los ochenta y, para variar, uno de los buenos.
Lo que más me gusta de Rumores y mentiras es precisamente lo claro que tiene su origen. La propia protagonista lo dice al principio de la película: queda encima de la mesa que se parte de una base conocida y casi sobreexplotada. Y da igual: a partir de ahí esta película hace las cosas a su propia manera.
La verdad es que poco se puede comentar de su argumento; conociendo su espíritu ochentero, poco margen queda. De todas formas, esta es una de esas películas en las que no importa tanto la historia como la forma en que se desarrolla. Te lleva por donde debe llevarte y, de vez en cuando, te obliga a detenerte y reflexionar sobre el camino recorrido. Hacía falta en la película y no estaría mal hacerlo también en la vida real, para qué engañarnos. 
Reconozco que yo al principio no tenía ninguna fe en Rumores y mentiras. Como ya hemos comentado, un primerísimo vistazo desde fuera no da a entender nada novedoso ni interesante. Creo que yo me decidí gracias a Emma Stone, una actriz a la que le estoy cogiendo el gusto. No sé, la encuentro versátil (recordad que protagonizó, entre otras, Criadas y señoras) y, sobre todo, muy carismática. Además, se junta con Patricia Clarkson y Stanley Tucci, dos caras más que míticas. Ellos tres ofrecen los mejores momentos de Rumores y mentiras; merecería la pena verla aunque sólo fuera por esas escenas.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Elysium

No, si la idea de Elysium era buena. Como su trailer. ¿Lo habéis visto? Si lo habéis hecho, podéis parar ahí: es lo mejor que puede ofrecer. 
Mis amigas y yo, ingenuas de nosotras, nos dejamos cautivar por el impactante trailer de esta película y fuimos el otro día a verla al cine. Según ellas, la mejor palabra que puede resumir el efecto que nos causó Elysium es "ilogiqueces".
Porque nada más terminar el prólogo que da comienzo a la película (que aunque no podría ser más típico por lo menos es pasable), las cosas se desmadran y acaban siguiendo el rumbo opuesto al que debieran: en lugar de descubrir una realidad más profunda y clara conforme se desarrollan los acontecimientos, Elysium se transforma en la más típica película de acción, en la que priman los disparos y las explosiones sobre el diálogo y la trama. Es una pena, y lo digo sinceramente, porque prometía ser algo diferente. Ya lo habréis visto en el trailer. 
Quisiera mencionar también el injusto trato dado al personaje de Jodie Foster, seguramente el más carismático y realista de todos. No es sólo que Jodie Foster pueda hacer temblar la pantalla con una simple mirada, sino que era el único villano decente, la única parte de la trama que podía resultar un poco interesante y, de hecho, quizás la base misma del conflicto. Y desaparece de pronto, sin más. ¿Hay alguna película que pueda sobreponerse a algo así? Porque Elysium, desde luego, no lo hace.

lunes, 2 de septiembre de 2013

El viaje de Chihiro

El otro día leí que El viaje de Chihiro podía considerarse la versión japonesa de Alicia en el país de las maravillas. A lo mejor porque arrastro desde la infancia un trauma con esta historia (incluso la película de Disney), no he podido quitarme esa idea de la cabeza. A mí El viaje de Chihiro me gustó tanto como me horroriza Alicia; por eso no entendía semejante comparación. Ahora... Es posible que le dé otra oportunidad pero no estoy dispuesta a prometer nada.
Recuerdo que vi empezar El viaje de Chihiro hace años, cuando me gustaba particularmente quedarme en el sofá hasta las tantas, disfrutando de ser la única despierta en casa. Creo que no hay condiciones mejores para ver una película así: a oscuras, a solas y con el sueño ya cerca. Lamentablemente, tuve que marcharme antes de que terminase por miedo, sinceramente, a quedarme dormida en el sofá. 
El caso es que llevo desde entonces arrastrando esta película, como los restos de un sueño recurrente. Ayer, por fin, pude verla entera. 
Es posible que para disfrutarla haya que verla con ojos de niño (de niño dormido, además). Yo recurrí a aquella primera toma de contacto que, al poco, acabó derivando en mi perenne gusto por los cuentos. Creo sinceramente, y cada día estoy más convencida de ello, que no hay mejor forma que un cuento para contar una historia.
Pero lo bueno de El viaje de Chihiro no es sólo eso, sino que deja claro desde el principio que hay mucho más detrás de la historia que plantea y de las poderosas imágenes que la complementan. Así que, al final, se desarrollan paralelamente El viaje de Chihiro y la historia del propio espectador, única para cada uno, lo cual hace de esta película una maravilla aún mayor: no por ser variable deja de ser universal.

Puesto #119 de las 200 de Cinemanía.