jueves, 17 de marzo de 2011

El guionista, los peces y la lectora que no sabía lo que decía

Hace poco terminé El frío modifica la trayectoria de los peces, de Pierre Szalowski, guionista canadiense, novelista amateur.
Hago especial hincapié en este detalle porque es algo que me trae de cabeza desde hace tiempo: ¿puede un guionista ser un buen escritor? Y sobre todo: ¿en qué se diferencian uno de otro exactamente?
He observado que las novelas escritas por guionistas tienen siempre un toque... Cómo explicarlo... Un toque más gráfico, más televisivo. Más como en 3D. En cambio, los novelistas  se detienen más en las sensaciones, los pensamientos, las texturas, la mariposa que en algún lugar del planeta debe de estar provocando un terremoto con el majestuoso a la par que letal movimiento de sus vidriosas y coloridas alas... Algo así.
Pero, ¿qué es mejor? ¿Es que una opción sería mejor que la otra?
Os reconozco una cosa: no puedo responder. Mi corazón está en este punto dividido. No puedo decidirme por uno o por otro. Es que...
... me encanta detenerme en los detalles y chapotear en la redundancia.
... me gusta la claridad de las palabras directas.
... me enamoran las anáforas.
... me repele la pedantería innecesaria.
... me encanta que me hagan reír.
¿Qué hago, qué hago, qué hago?
Llegados a este punto, creo que sólo puedo deciros de qué va El frío modifica la trayectoria de los peces, que lo leáis vosotros y que decidáis:

Todo empieza, como muchas veces, con el fin de año. Es Navidad y, aunque es tiempo de marisco y reuniones familiares, nuestro protagonista asiste con horror a la noticia de la separación de sus padres. ¿Por qué yo?, se pregunta; ¿por qué a mí?, se repite. Bueno, estas cosas pasan. Lo que ya no es tan usual es sufrir la nevada más importante de las últimas décadas. Cualquier estudiante de Ciencias de la Tierra y Medioambientales achacaría este fenómeno a las altas y bajas presiones, pero esto es una novela: aquí nieva porque lo dice un niño. Y punto en boca.
Al mismo tiempo, no muy lejos de allí, unos desconocidos ven cómo sus vidas cambian radicalmente por expreso deseo de un niño de cuya existencia apenas son conscientes.
Una serie de enredos y coincidencias los reúnen en la misma casa, bajo la misma nevada. Dejaré la reseña aquí.

Tengo también en mi estantería Maldito Karma, de David Safier, también guionista. Es posible que me saque de dudas. O puede que siga igual, incluso peor. Ya os contaré.