miércoles, 30 de enero de 2013

Roller Girls

Roller Girls pasó desapercibida a pesar de ser la primera película con Drew Barrymore tras las cámaras. 
Al contrario que muchos actores reciclados o transmutados o como se quiera decir, Barrymore no pretende convertirse en piedra angular de su obra, aunque no se puede negar el carácter personal de su opera prima. En lugar de eso, se centra en trabajar la visión y la perspectiva, los personajes y el ambiente, reservando para ella un par de momentos que no dejan que brille todo su talento. Es como si despejase el camino a la arrolladora Ellen Page, protagonista del film. Son prácticamente ellas dos las que levantan una película que de otra forma no sería nada del otro mundo.
Reconozco que a Roller Girls no le auguro futuro de película de culto, pero con la de este fin de semana son fácilmente cinco veces las que la he visto y siempre la cojo con las mismas ganas, que es más de lo que puedo decir de muchas otras películas. 
Esta es una historia sencilla, sin muchos enredos, pero con mucho carisma y un sabor propio, que se debe sobre todo a su dirección, novel pero precisa, experta de un modo instintivo y casi salvaje, pero sobre todo muy auténtico.
De humor mordaz y diálogos chispeantes, Roller Girls es ya, a su manera, una película mítica que no se merece el olvido en el que se la mantiene. 

Django

Me pasa últimamente que voy al cine con las expectativas muy altas y acabo decepcionada. No es que las películas últimamente sean malas, sino que simplemente no son tan apabullantemente buenas como yo pensaba. Casi podría decir que estoy ante el clásico "No eres tú, soy yo".
Llevaba muchísimo tiempo ansiando, que no esperando, ver por fin Django. A lo mejor tanta expectación jugó en mi contra, aunque personalmente creo que lo que acabó con mi gozo en un pozo fue la impresionante Kill Bill vol. 2. Os hablaba en aquel post de mis ganas de ver Django, pero también del quizás innecesario alboroto con eso de "el primer western de Tarantino". Ahora que la he visto no puedo sino reiterarme en aquello. Es más, casi diría que en Django Tarantino perdió el rumbo. Hay un momento (los que hayáis visto la película supongo que lo reconoceréis) que casi parece el final. De hecho, a mí personalmente me parecía un buen final; descorazonador, pero muy interesante como conclusión.
Pero ahí no acabó la cosa, no. Sinceramente, me parece que a partir de este casi final la película no es más que espectáculo, un accesorio del todo innecesario, sangre por sangre. No me digáis que era una película de Tarantino y que ya tenía que saber qué me iba a encontrar. Por supuesto que lo sabía, pero precisamente porque he visto más películas sé que normalmente sabe cómo bordar un final. En serio, ¿hay alguien que sinceramente me pueda decir que el final de Django es bueno? ¿O soy yo la única que lo ve falto de carisma?

Los descendientes

No sé si esta es la mejor interpretación de la carrera de George Clooney, pero desde luego muestra un personaje muy serio y extremadamente rico en matices. 
Los descendientes desarrolla su historia en torno a "asuntos sin resolver", a falta de una expresión más adecuada. Buena parte de esos asuntos se nos dan a conocer a través de lo que otros personajes cuentan al protagonista, interpretado por George Clooney. 
Normalmente las películas así construidas acaban resultando aburridas porque, no nos engañemos, se habla mucho y se hace poco, y al cine uno va a ver más que a escuchar. En ese sentido Los descendientes no responde al esquema habitual: es contundente, más que densa, y al mismo tiempo se hace ligera, fácil de ver y de seguir; te absorbe pronto y no te suelta hasta un rato después de que pasen los títulos de crédito.
Es como el mar para quien sabe hacer el muerto.

martes, 29 de enero de 2013

Girls


Girls es uno de los últimos descubrimientos de la HBO. Y ojo, que tiene mérito la cosa: su creadora, directora, guionista y protagonista es la jovencísima Lena Dunham, de 26 años. Normalmente este dato no me interesaría lo más mínimo, pero en este caso creo que vale la pena tenerlo en cuenta precisamente porque lo mejor de la serie es la dirección.
Girls es una serie directa, auténtica y de mirada honesta; no hay tapujos a la hora de hablar ni de enseñar; no hay miedo a dejar de lado el glamour; no hay nada de artificial en ser raro.
Supongo que fue básicamente por eso que aguanté la primera temporada entera (aunque tampoco es que sea muy larga: sólo tiene diez capítulos). La verdad, la vi sin muchas ganas. Me interesaba más o menos saber qué iba a pasar, pero no me emocionaba. Tengo que decir a su favor que no es de esas series que terminan un capítulo en medio de un momento dramático para asegurarse la audiencia en el próximo episodio; creo que eso se llama "espadas en alto", pero no estoy muy segura. En cualquier caso, como espectadora agradezco este respeto.
Ahora bien, me planteo muy seriamente si seguir adelante o no. Es triste reconocerlo, pero lo que me echa para atrás es precisamente la protagonista. No Lena Dunham, sino el personaje que interpreta: Hannah. Sólo espero que Girls no sea demasiado autobiográfica.
De momento hay pocos capítulos de la segunda temporada. He visto sólo uno y sigo en el mismo dilema que os acabo de contar. Os mantendré informados.
Por cierto, esta es una de esas series que hay que ver en compañía porque comentarla se llega a convertir en una necesidad. 

domingo, 27 de enero de 2013

El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio

Hace tiempo que me hablan en clase de técnicas que hacen desaparecer al escritor de su obra; una especie de escapismo narrativo, como quien dice. Nunca me había parecido del todo posible hasta que leí El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio. Juro que sólo hay un párrafo en toda la novela en la que Ferlosio parece dar su opinión sobre algo y ni siquiera se puede llamar "opinión". En serio, es alucinante. 
Claro que esta misma cualidad, que convierte la novela en una obra importante de la literatura española, puede llamarse también "desapasionamiento". 
Gustará más o menos en función de lo acostumbrado que se esté a la intervención del narrador en la lectura, aunque en ningún caso cabe duda de que se ha ganado su puesto en la historia. Para mí, personalmente, ha sido una lectura a veces perturbadora porque suelo leer libros en los que el narrador es casi un personaje más. Sin embargo, el pasmo que su ausencia me producía convivió durante todo el proceso con la admiración hacia el autor: nunca antes había visto el habla oral mejor recogida, y eso que he dado con un montón de monólogos.
El Jarama se parece muy poco a las novelas que yo suelo leer, la verdad, pero el cambio ha sido interesante. No puede llegar a emocionarme tanto como otras por lo que os comentaba antes, pero no creo que me olvide de ella, ni mucho menos; sé que volveré a leerla unas cuantas veces más. Será el baño en el río para una persona acostumbrada al mar. 

Julie & Julia

A lo mejor se puede decir que Julie & Julia es una moñada de película. A lo mejor se puede decir que realmente no tiene conflicto. Pero nunca, jamás, se podría negar que es una película preciosa. De hecho, es una de esas películas que tengo que ver de vez en cuando para recuperar la fe en el ser humano. 
Para quienes no lo sepáis, Julia Child era una famosísima cocinera estadounidense; google le dedicó un doodle y todo: 
No me acuerdo de qué día era pero sí de que Julie & Julia me gustaba ya lo bastante como para reconocerla y querer conservar este recuerdo. 
No voy a entrar en cuestiones como el argumento de la película. Me parece un punto conflictivo porque, y esto sí os lo adelanto, es un biopic. O más bien dos: por un lado se cuenta cómo Julia Child llegó a ser quien era y, por otro, cómo Julie Powell "se encontró a sí misma". Es una frase muy tópica, puede que la más repetida de la historia, pero en este caso viene como anillo al dedo. 
A fin de cuentas, Julie & Julia es una historia de superación, amor propio y, ante todo, pasión por lo que uno hace. En ese sentido quizá podría decirse que tiene mucho en común con Ratatouille, pero voy a dejar esa asociación un poco al margen porque no me gusta relacionar películas sólo por su argumento y el lugar en el que se desarrollan. Además, hay muchas otras sin nada que ver que acaban produciendo el mismo efecto. Eso sí, con pocas películas he pasado más hambre que con estas dos.
Independientemente de todo eso (que, como digo siempre, no es poco), lo mejor de la película, lo absolutamente perfecto y genial, son las dos protagonistas, Meryl Streep y Amy Adams, aunque Stanley Tucci y Chris Messina no se quedan atrás. Sin estas personas, me temo que esta película habría quedado vacía y carente de sentido. 

lunes, 21 de enero de 2013

El amante bilingüe

Si con Si te dicen que caí, de la que hablaba hace muy poco, había quedado muy satisfecha, no me ocurre lo mismo con la adaptación de El amante bilingüeLa verdad, estoy sorprendida con la abismal diferencia entre una y otra porque ambas fueron dirigidas por Vicente Aranda. 
Supongo que en este caso sí tenía motivos para suponer imposible una buena adaptación. La dificultad de Si te dicen que caí era presentar al mismo tiempo y en el mismo espacio dos líneas narrativas distintas, casi opuestas. En cambio, en El amante bilingüe había que enfrentarse a grandes periodos de reflexión y de introspección, a una novela, en fin, con poca acción. Y, si casi no ocurre nada, ¿con qué imágenes vas a llenar una película?
Frente a la gran novela que es El amante bilingüe, la película homónima se queda en algo mejor que un resumen, aunque son inevitables las comparaciones con el libro mientras la película está en marcha. Quizá haya pocos síntomas más claros del poco éxito de una adaptación. 

viernes, 18 de enero de 2013

Kill Bill Volumen 2

Tengo unas ganas locas de ver Django. Se estrenó hoy, pero ahora mismo me retienen los exámenes así que sólo me queda esperar y repetirme que en una semana seré libre. Hablo hoy de Django porque, después de ver Kill Bill 2, me sorprende que se pueda decir que la nueva película de Tarantino es su primer western. ¿Qué pasa con Kill Bill? Vale, hay katanas en vez de pistolas pero ¿desde cuándo el cine de Tarantino se sostiene sobre esa parafernalia? Bueno, más bien podría preguntarme desde cuándo se pueden clasificar las películas de Tarantino según su género, pero eso ya es harina de otro costal. 
A lo que me refiero es a que, como en todas sus películas, Tarantino coge un género canónico como base y lo renueva y amplia, siempre de una forma insólita. Nunca pensé que pudiera ver una película que mezcla artes marciales y ambiente del oeste, pero aquí está, no una, sino dos, a cual mejor. 
Sin embargo, lo que más me ha sorprendido de Kill Bill es su ternura. Me sigue resultado extraño ver "ternura" y "Kill Bill" en la misma frase pero así es. Los últimos minutos revelan a un Tarantino casi romántico, de una forma retorcida y casi incomprensible, pero romántico al fin y al cabo. Si sabéis a qué escena me refiero, supongo que estaréis de acuerdo conmigo cuando afirmo que es una de las más catárticas de su filmografía. A mí desde luego se me ponen los pelos de puntas sólo de recordarlo. 

Puesto #88 de las 200 de Cinemanía. 

Si te dicen que caí

Para mi sorpresa, Juan Marsé es uno de los autores españoles más adaptados al cine. Me sorprende porque, a juzgar por las novelas que leído de él (El amante bilingüe y Si te dicen que caí) no parece un autor fácil de trasladar a la gran pantalla. Ya os comentaba en aquellos posts que Marsé tiene un cierto toque de surrealismo que a mí me fascina pero que, sinceramente, no sabría cómo traducir en imágenes. 
Afortunadamente, para eso está Vicente Aranda, que después de adaptar unas cuantas obras de este autor ya se puede considerar un experto en el tema. 
Os podréis imaginar los reparos que tenía yo hacia Si te dicen que caí. No sólo me había encantado el libro y tenía miedo de que lo estropearan, sino que, siendo totalmente sincera, todavía no acabo de asimilar con especial entusiasmo las adaptaciones de novelas. 
Ahora, me quito el sombrero ante Aranda. El resultado final parte de la novela, sin olvidarla pero sin aferrarse a ella. No tiene lagunas, no hay nada que no se pueda entender sin haber leído la novela. Es más, ayuda a resolver las incógnitas que quedan tras la primera lectura. 
Pero, sobre todo, lo que agradezco infinitamente, es que el sabor que deja la película es el mismo que el de la novela. ¿Puede haber mejor adaptación que esa?

sábado, 5 de enero de 2013

El amante bilingüe, de Juan Marsé

Esta es la segunda vez que leo El amante bilingüe y, la verdad, he podido valorar muchos detalles que en su momento prácticamente ignoré. Ya os comenté en otro post hace tiempo que Juan Marsé no es un autor precisamente simple, por lo que muchas veces se hace necesaria una segunda lectura, siempre más jugosa que la primera y menos que la tercera. 
El amante bilingüe es un retrato sobre el cambio, pero un cambio más parecido a una metamorfosis, una especialmente dolorosa. Es como dice Antonio Machado en la cita que precede a la novela: "Lo esencial carnavalesco no es ponerse careta, sino quitarse la cara". El amante bilingüe recoge este cambio, que no es sino la desaparición del propio personaje, Joan Marés. 
Durante el proceso casi podrían advertirse algunos toques de realismo mágico. Al principio de todo esto sí se desprende una cierta alarma: algo extraño está ocurriendo, Marés lo sabe y nosotros también. Sin embargo, con el tiempo ambos lo aceptamos y asumimos como normal; lo extraordinario de esta transformación ya es parte de Marés. Ahí, justo en este momento, su vida puede darse por terminada, aunque eso de momento no lo sabemos. 
Predomina, ante todo, la calma con la que estos hechos se nos relatan. Los detalles y los juegos de manos, ambos a un tiempo, empapan la atmósfera de una falsa y mágica realidad que vamos absorbiendo hasta que nosotros también estamos perdidos. 
Claro que para nosotros eso no es tan malo como para Marés. Sólo es un síntoma más del  apabullante nivel de Marsé como narrador.

jueves, 3 de enero de 2013

Pulp Fiction

Si me preguntáis de qué trata Pulp Fiction probablemente me quede en blanco y, en el más afortunado acceso de inspiración, lo único coherente que podría salir de mi boca es "¿De qué no trata Pulp Fiction?". 
En ese sentido probablemente esté igual ahora que la he visto que antes, cuando sólo tenía grabadas en la retina las muchas referencias a esta película que todos hemos visto alguna vez. 
Si os soy sincera, creo que el argumento es lo de menos. No quiero decir que no lo haya, sino que no hay uno solo: Pulp Fiction es una cadena de historias sutil y perfectamente unidas. Muchas veces las películas construidas de esta forma acaban pecando de incoherencia y de falta de unidad pero ese no es, por suerte, el caso de una de las películas más míticas de la filmografía de Tarantino y de la historia del cine.
Pulp Fiction, con toda la personalidad y carisma que rebosa, se hace rápidamente un hueco allá por donde pase. Ya sólo por eso, aunque no es poco, merece la pena verla. Y lo que es más: tengo la sensación de que ésta es una de esas películas que uno nunca se cansa de ver y en la que, además, siempre se descubren detalles nuevos. Quizá ese sea el mayor don de Quentin Tarantino.  

Puesto #3 de las 200 de Cinemanía.