sábado, 26 de noviembre de 2016

La llegada

He tenido que reescribir este post las veces suficientes como para darme cuenta, por fin, de que cualquier gesto mudo sería más elocuente así que, a modo de resumen: La llegada se ha convertido en una de mis películas favoritas, no del año, sino en general. No exagero si os digo que sigo tan en shock como cuando salía del cine. Desde luego, esta no es una película que se acabe en los créditos.
Estuve mucho tiempo esperando La llegada; desde su primer tráiler, creo. Me bastó la combinación "alienígenas" y "lingüística" para marcar el estreno en el calendario. Sin embargo, siempre pensé que se iba a mover en torno a los enfoques clásicos del género. Quizá fue una suerte caer en la tentación de ver algunas reseñas antes de ir al cine porque así, al menos, sabía de antemano que iba a encontrar algo completamente distinto. 
Aquí es donde me quedo sin palabras. Sólo puedo animaros a que vayáis al cine ahora que sigue en cartelera porque no os podéis perder La llegada. Algunas películas hay que experimentarlas así, en completa inmersión. 
Esta historia es mucho más personal de lo que creo que estoy dando a entender. Cuando hablo de "inmersión" no pretendo que os imaginéis explosiones y trepidantes secuencias de acción. Alguna hay, claro, pero ocupan un segundo plano: lo importante en La llegada es el desarrollo del lenguaje como idea, como frontera que se borra con la mano. 
Me estoy mordiendo mucho la lengua porque no querría, bajo ningún concepto, estropearos el gusto del descubrimiento. Sólo me atrevo a decir que aún siento mariposas en el estómago cuando recuerdo de qué forma tan vertiginosa se solapan realidad y lenguaje en La llegada. Ni siquiera el tiempo sobrevive al impacto.
Escribo esto con el mismo temblor que sentí cuando se encendieron las luces en la sala y con los ojos tan abiertos como todas las veces que hablé de La llegada. De un momento a otro se me podría salir el corazón del pecho. Para que os hagáis una idea.

2 comentarios:

  1. Buenas noches, Ana.

    Hoy cumplo 59 y como regalo me acerqué a ver esta película. Interesante, sí señor. Muy bien la parte dedicada al código lingüistico humano como instrumento de comunicación imperfecto (sí, pero de momento lo más perfecto que tenemos).

    Menos interesante (me pareció mucho celofán y gran lazo para adornar algo que preferiría menos historiado) la peripecia sentimental de la protagonista y el mensaje "buenista" (ahora que está de moda la palabra) que la película exhibe tal vez con cierto descaro.
    De todas maneras gracias por la sugerencia porque no he perdido ni el tiempo ni el dinero.

    Ya te digo: interesante, muy interesante.

    Te recuerdo siempre.

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    1. ¡¡Muchísimas felicidades!!😊
      Me alegro de que te gustase la película. La parte del lenguaje también me pareció fascinante pero, fíjate, que se le diese tanto hincapié a lo estrictamente personal no me sobró. Alguna explicación más global tampoco habría estado de más, eso también es verdad.
      Muchas gracias por tus comentarios :)

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