Muda me he quedado yo después de ver The Artist.
Me encantó que, por una vez, se hiciese una película muda sobre la transición al cine sonoro y no una película hablada sobre el cine mudo. Porque claro, al principio, cuando te sitúan a finales de los años veinte y tienes las primeras películas sonoras como telón de fondo, rápidamente piensas en Cantando bajo la lluvia. Cómo me gustó estar equivocada al respecto. No porque Cantando bajo la lluvia no me guste, que me gusta, sino porque soy consciente de que le falta profundidad: es un buen entretenimiento pero no pasa de ahí. The Artist, en cambio, es una auténtica obra maestra, una joya que se ha ganado un lugar propio en la historia del cine.
Casi podríamos decir que The Artist es una película muda porque, aparte de ser lo mejor para el argumento, no le hacen falta palabras: basta (y sobra) con un sólo gesto de Jean Dujardin. En serio, este hombre está simplemente increíble. Pero eso tenéis que verlo, nada de lo que yo diga podrá hacerle justicia.
Todo esto y mucho más hace de The Artist un clásico contemporáneo imprescindible en cualquier filmoteca que se precie. De, por y para el arte.
Puesto #84 de las 200 de Cinemanía.
Yo la vi en el cine cuando estaban a punto de quitarla y también me gustó mucho. ¡No tiene ni un momento de aburrimiento!
ResponderEliminar¿No te pareció genial el final? Yo, de verdad, no podía imaginar nada más brillante. Pasé ganas de aplaudir, sinceramente, pero me dio vergüenza y me contuve.
EliminarEs verdad, cuando se hace el sonido. ¡Vaya sensación!
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