Kingsman es justo lo que me esperaba y, al mismo tiempo, algo completamente diferente.
Remontémonos, como siempre, al trailer. Recuerdo que "fantasmada" fue lo primero que se me pasó por la cabeza en cuanto terminó. Un tiempo después, empecé a ver que algunas personas estaban locas con esta película, absolutamente fascinadas. Y al final caí, muerta de curiosidad.
Estoy en una situación muy extraña con esta película porque nadie tenía razón: ni Kingsman es la obra maestra que aquellas personas decían, ni es la fantasmada que yo había imaginado. Kingsman es, en realidad, la suma de ambas posibilidades.
Kingsman es muy consciente de que sigue la línea de las clásicas películas de espías. Eso le permite hacer pequeños homenajes y, al mismo tiempo, transgredir algunas convenciones sin caer en la parodia. En ese sentido, han logrado un equilibro estupendo, muy digno de elogio, de verdad.
También tiene sus defectillos y sus lagunas, y algún que otro paralelismo peligrosamente cerca de lo redundante, pero bueno, vamos a darle un margen porque es una película muy entretenida y, conceptualmente, una confluencia brillante entre lo clásico y lo nuevo.
Si no me ha gustado más es porque, como ya he dicho en otras ocasiones, no tengo conciencia de género. Debe de ser por eso que a veces me quedo tan descolocada cuando doy con una película que sigue tan de cerca un canon, como es el caso de Kingsman. Pero no me hagáis caso; eso son manías mías.
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