Os vais a reír.
Arrastro unas ganas tontísimas de ver Jurassic World desde que vi el trailer por primera vez; no me preguntéis por qué. Aquí viene lo gracioso: entonces no había visto las películas de Jurassic Park originales y, a día de hoy, eso sigue así. Pero tengo pensado ponerle remedio pronto, que conste (aunque vete tú a saber cuándo será eso al final).
Afortunadamente, la relación entre Jurassic World y Jurassic Park no pasa de los guiños; por lo menos eso es lo que me contaron y lo que fui deduciendo de la película. Por eso, aunque Jurassic World no me entusiasmó tanto como creía en principio, tengo todavía más ganas de ver Jurassic Park; espero que en las películas originales se resuelvan las dudas que se me fueron planteando en esta nueva entrega.
Jurassic World, en general, me ha parecido una película descompensada. Creo que se incluyeron detalles totalmente prescindibles (como una impuesta historia de amor que parecía servir sólo para romper la tensión en los momentos más inoportunos) y, al mismo tiempo, se dejaron muchos cabos sueltos. Bueno, igual "sueltos" no es la palabra más adecuada porque los de Jurassic World no son auténticos misterios: queda bien claro el punto en que confluyen ciertos detalles a lo largo de la película, pero nunca se llega a ahondar en sus consecuencias. Aunque sea para dar pie a una secuela, un poco de cierre en esa trama (que no especificaré, por lo de siempre) no habría estado de más.
Con todo, la verdad es que Jurassic World me entretuvo mucho, así que no puedo quejarme: entretener durante dos horas no es un logro precisamente pequeño, oye. Es lo demás lo que al final marca la diferencia.
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