domingo, 27 de enero de 2013

Julie & Julia

A lo mejor se puede decir que Julie & Julia es una moñada de película. A lo mejor se puede decir que realmente no tiene conflicto. Pero nunca, jamás, se podría negar que es una película preciosa. De hecho, es una de esas películas que tengo que ver de vez en cuando para recuperar la fe en el ser humano. 
Para quienes no lo sepáis, Julia Child era una famosísima cocinera estadounidense; google le dedicó un doodle y todo: 
No me acuerdo de qué día era pero sí de que Julie & Julia me gustaba ya lo bastante como para reconocerla y querer conservar este recuerdo. 
No voy a entrar en cuestiones como el argumento de la película. Me parece un punto conflictivo porque, y esto sí os lo adelanto, es un biopic. O más bien dos: por un lado se cuenta cómo Julia Child llegó a ser quien era y, por otro, cómo Julie Powell "se encontró a sí misma". Es una frase muy tópica, puede que la más repetida de la historia, pero en este caso viene como anillo al dedo. 
A fin de cuentas, Julie & Julia es una historia de superación, amor propio y, ante todo, pasión por lo que uno hace. En ese sentido quizá podría decirse que tiene mucho en común con Ratatouille, pero voy a dejar esa asociación un poco al margen porque no me gusta relacionar películas sólo por su argumento y el lugar en el que se desarrollan. Además, hay muchas otras sin nada que ver que acaban produciendo el mismo efecto. Eso sí, con pocas películas he pasado más hambre que con estas dos.
Independientemente de todo eso (que, como digo siempre, no es poco), lo mejor de la película, lo absolutamente perfecto y genial, son las dos protagonistas, Meryl Streep y Amy Adams, aunque Stanley Tucci y Chris Messina no se quedan atrás. Sin estas personas, me temo que esta película habría quedado vacía y carente de sentido. 

4 comentarios:

  1. Solamente por ver a Meryl Streep ya merece la pena,¿no?

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    1. Meryl Streep siempre merece la pena y, además, Julie & Julia transmite un buenrrollismo tremendo. Yo la veo por lo menos dos veces al año para "reconciliarme con el mundo" jaja

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  2. La verdad es que sí.Esa conexión entre un presente y el pasado tan lejano y tan cercano al mismo tiempo de las dos protagonistas transmite esa sensación de buen rollo que dices.
    ¡Qué filosófico me acabo de poner jajaja!
    Por cierto,enhorabuena por el blog.Está muy bien :-)
    Mach's gut! ;-)

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    1. Pasa algo parecido en "El cuento número trece", de Dianne Setterfield. Es lo más british que he leído en mi vida pero me encanta jaja

      Danke schön!

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