lunes, 16 de julio de 2012

Los Tenenbaums

Ésta es una de las pocas cosas por las que sí podría decir que una imagen vale más que mil palabras. Pero claro, sabiendo que es otra peli de Wes Anderson, ¿quién se extraña?
Hacía tiempo que quería ver Los Tenenbaums y, la verdad, no fue porque hubiese oído buenas críticas o me hubiese llamado especialmente la atención su argumento. De hecho, no sabía nada de ninguna de estas cosas. Sólo vi imágenes por ahí, escenas congeladas en las que se puede apreciar lo que ya es, según palabras de LaSexta3, "la marca de la casa": ese tipo de plano que tan especial hace al cine de Anderson. 
Ésa no es su única cualidad, sin embargo. La facilidad con que se desarrollan los acontecimientos es pasmosa; la riqueza de cada detalle y el simbolismo que arrastra no deja en ningún momento de resultar sorprendente. 
Y es que Los Tenenbaums es una película tremendamente alegórica, llena de pequeños gestos que esconden grandes intenciones y simples detalles que tarde o temprano lo significarán todo.
Bizarra en su planteamiento, ácida en su desarrollo y dulce de corazón, Los Tenenbaums es una de esas películas que hay que ver sí o sí.

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