miércoles, 5 de junio de 2013

El gran Gatsby


La historia de El gran Gatsby gira en torno a las diferencias entre la clase alta, esa moderna nobleza, y la eterna clase trabajadora. Como no podía ser de otra forma, las une una apasionada, escandalosa y tórrida historia de amor que, todo sea dicho, no termina de resolverse. 
A decir verdad, hay muchos asuntos en El gran Gatsby que quedan a medias, o por lo menos da esa sensación. Aún no he leído la novela así que no sé si esa era la idea o es un defecto de la película (o, quién sabe, de la historia). También es verdad que, de ser de otro modo, podría resultar incoherente; al fin y al cabo, nosotros conocemos la historia a través de uno de sus mismos personajes, Nick Carraway, que en no pocas ocasiones reconoce sentirse perdido. En ese sentido, es muy lógico que El gran Gatsby esté llena de lagunas. Sin embargo, sigue sin quedar claro si la película buscaba este efecto o no. Quizá debería verla otra vez para salir de dudas.  
Parece que esta cinta me ha dejado algo fría pero no es así, no exactamente. La vería otra vez sin ninguna pereza, no os digo más. Las dos horas que dura se pasan (en general) como un suspiro, la estética es todo lo vibrante que cabría esperar y todavía sorprende un poco más, y los actores son sencillamente estupendos. 
¿Cuál es la pega, entonces? El gran Gatsby da pie a algunos momentos apoteósicos, que alternan con efectos vacíos, puramente ornamentales, sin significado. En ese sentido es una de las películas más descompensadas que he visto en mucho tiempo. 
Pero sigo sin saber si está hecho así para reflejar lo vertiginoso de esos años veinte o si ha sido un accidente. Voy a tener que verla otra vez...

No hay comentarios:

Publicar un comentario