viernes, 15 de febrero de 2013

Los Intocables

Como otras tantas veces, estamos ante una película que ha pasado a la historia por las referencias o guiños con que muchas otras se han adornado. 
Ahora bien, qué tiene Los Intocables para haberse convertido en uno de los clásicos de la historia del cine, eso yo ya no lo sé pero ahí está y no lo discuto. 
La historia es estupenda: hay una proporción perfecta entre drama, honor, misterio y acción que no la hace excesiva en ningún sentido y facilita que el espectador entre de lleno en lo que le están contando.
También es verdad que se ve muy fácil y rápidamente: no llega nunca a resultar pesada precisamente porque alterna distintos ritmos, varía la trama y conjuga varias líneas. 
La verdad, a veces consigue poner los pelos de punta. Más que emocionar, este es el efecto que puede llegar a producir. No insinúo que sea menos importante o tenga menos mérito por ello; de hecho, son muchas más las películas que han acabado emocionándome en el sentido más convencional de la palabra que las que han conseguido que me den de pronto escalofríos. Y la escena de la estación... Qué no se podría decir de esa escena.
No puedo olvidarme, por supuesto, del papelón de Robert De Niro. De él se dijo que no era un actor de método, sino el método mismo; Los Intocables es la prueba perfecta de ello. La verdad, para mí los mejores momentos de esta película son los de De Niro. 

Puesto #186 de las 200 de Cinemanía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario