No sé si estáis familiarizados con el concepto de "histeria femenina". Era el diagnóstico que se daba a aquellas mujeres que mostraban "crispación nerviosa", "pensamiento errático" y otros diversos síntomas que hoy se asociarían a simples nervios; en la actualidad ni siquiera tiene el rango de enfermedad que se le daba entonces.
En el siglo XIX, una época de grandes cambios, una mujer no podía desear algo más que dedicarse al hogar y los hijos, y ya ni hablamos de enseñanza superior o derecho a voto... Se creía que todo aquel comportamiento que se saliese de los límites fijados por la tradición era consecuencia de aquella histeria femenina.
Había un tratamiento para este trastorno: consistía en una serie de masajes en el clítoris a través de los cuales la paciente (con suerte) llegaba al orgasmo. Las violentas sacudidas que se apoderaban entonces de su cuerpo permitían que su útero se colocase como es debido, poniendo fin al problema. En casos extremos, se proponía la extirpación del útero así como el internamiento de la paciente en una clínica psiquiátrica.
Y todo esto porque los maridos de estas mujeres "no sabían satisfacerlas como debían o no lo hacían con la suficiente frecuencia".
La acción de Hysteria se sitúa en este contexto, aunque cabe aclarar que no por ello es una película histórica. No sé exactamente cuánto habrá de verdad en los hechos presentados, pero de lo que sí estoy segura es de que Hysteria es más bien una comedia romántica.
Cumple con creces su cometido, eso sí: entretiene a lo largo de sus dos horas de metraje y hay alguna que otra carcajada asegurada. Pero no llega a más. Tampoco creo que lo pretenda.
En el siglo XIX, una época de grandes cambios, una mujer no podía desear algo más que dedicarse al hogar y los hijos, y ya ni hablamos de enseñanza superior o derecho a voto... Se creía que todo aquel comportamiento que se saliese de los límites fijados por la tradición era consecuencia de aquella histeria femenina.
Había un tratamiento para este trastorno: consistía en una serie de masajes en el clítoris a través de los cuales la paciente (con suerte) llegaba al orgasmo. Las violentas sacudidas que se apoderaban entonces de su cuerpo permitían que su útero se colocase como es debido, poniendo fin al problema. En casos extremos, se proponía la extirpación del útero así como el internamiento de la paciente en una clínica psiquiátrica.
Y todo esto porque los maridos de estas mujeres "no sabían satisfacerlas como debían o no lo hacían con la suficiente frecuencia".
La acción de Hysteria se sitúa en este contexto, aunque cabe aclarar que no por ello es una película histórica. No sé exactamente cuánto habrá de verdad en los hechos presentados, pero de lo que sí estoy segura es de que Hysteria es más bien una comedia romántica.
Cumple con creces su cometido, eso sí: entretiene a lo largo de sus dos horas de metraje y hay alguna que otra carcajada asegurada. Pero no llega a más. Tampoco creo que lo pretenda.
Aún no vi esta película, pensaba encontrar un día para hacerlo, pero no tengo muy claro que me guste.
ResponderEliminarHombre, ya te digo que no es nada del otro mundo. Maggie Gylenhaal está muy bien, eso sí, pero la historia es bastante superficial. Vamos, ni la recomiendo ni la dejo de recomendar, como quien dice.
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