viernes, 18 de marzo de 2016

Uprooted, de Naomi Novik

Mi abuela me contaba muchos cuentos cuando era pequeña. Tenía una voz clarísima y muy dulce, y conseguía que todo sonara como de casa. Ya conocía todas sus historias pero siempre sentía mariposas en el estómago cuando la veía abrir el libro que me iba a leer. 
Con mi madre, sin embargo, nunca hubo manera de saber qué iba a contar cuando empezaba a hablar. Su especialidad eran las actualizaciones de los cuentos de mi abuela, pero siempre recordaré con especial cariño uno de sus originales: el de la niebla que bajaba de la montaña porque se sentía sola.  
Veo todo eso en Uprooted. Veo los cuentos de mi infancia y la certeza de que están vivos, de que pueden cambiar con nosotros; en el fondo nadie está escrito sobre piedra. Así crecí, aunque reconozco que no lo tuve tan claro hasta que leí Uprooted
Nunca lo hago, pero hoy me da especial miedo lanzarme a escribir una sinopsis porque Uprooted empieza como un cuento que todos conocemos: hay un valle, un bosque mágico, una torre, un mago. Uprooted parte de esos lugares archiconocidos y los va enredando hasta que, de pronto, todo está al revés. Sólo hace falta un poco de paciencia: este cuento te acaba encontrando con la naturalidad de las buenas historias. 

P.D. Ya podéis encontrar Uprooted en español, traducido como Un cuento oscuro. Lo acaba de terminar una amiga mía y, por lo que me contó, la traducción está muy bien hecha. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario