A menudo tengo la sensación de que estoy tan acostumbrada a la novela que luego no soy capaz de leer otros géneros como hay que leerlos.
Por eso en los cómics como Españistán echo en falta un argumento más sólido, un conflicto, unos personajes a los que pueda llegar a conocer...
Tardo un tiempo en darme cuenta de que lo importante en Españistán, al contrario que en una novela, no es esto. ¿Son los chistes? No, tampoco es que se limite a eso. Es la crítica que empapa la obra lo que debería valorarse. A mí me parece que el humor es uno de los mejores vehículos en estos casos, y Españistán es un buen ejemplo de ello. Plasma más que dignamente la situación de la sociedad española actual y, precisamente por no hacerlo de una manera realista y convencional, consigue que su mensaje sea más transparente (la palabra de moda, por otra parte).
Curiosamente, y en contraste con el clima general, este mensaje está muy lejos de ser optimista o divertido, si queréis. No olvidemos que no por hacer reír un asunto va a ser menos serio.
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