lunes, 10 de marzo de 2014

A propósito de Henry

Esta película me recuerda mucho a una de la que hablamos el año pasado: Baby Boom. Es otra de esas que pillé muchas veces sin querer, como quien dice, pero nunca pude terminar de ver por un montón de inoportunos factores. Mientras, mi madre siempre decía: "Ay, es una película preciosa". Y claro, las expectativas van haciendo su trabajo.
Ayer por fin sucedió el milagro. Al principio estaba pegada a la televisión, inmóvil, con miedo a perderme cualquier detalle; es lo que tiene la falta de anuncios. Lo bueno de estas películas, como no tardé demasiado en averiguar, es que en general no te exigen ese extremo nivel de atención. Lo malo es precisamente lo mismo.
A propósito de Henry es una película muy tierna, es cierto, pero no da más de sí: es lo que es y punto. Ni siquiera se puede decir que sea algo inspirador porque prácticamente todo se hace esperar; no queda mucho sitio para la sorpresa. 
Mantuvo mi atención durante todo el tiempo, aun cuando ya veía venir el final, pero precisamente por saber cómo iba a acabar todo y acertar me dejó una sensación un poco extraña, como de falsedad. No sé si me explico. Es como si A propósito de Henry se pasase de bonita y acabase siendo un subproducto de lo típico. Yo a eso lo llamo "una película baratona", a falta de una expresión mejor. Pero echadle un ojo, que nada de esto quita que tenga detalles muy curiosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario