Se nota que esta novela (aunque ni el mismo autor está muy seguro de haberse limitado a este espacio) está escrita por alguien que ama los libros y que querría contagiar a los demás un poco de esa afición, por llamarla de alguna manera; entre nosotros nos entendemos ¿no?
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote reúne una serie de anécdotas curiosas sobre esos libros que tanto hemos leído y releído.
Con un ritmo ágil y una reverencia siempre notable, Santiago Posteguillo encabeza un tour a lo largo de la historia de la literatura que nunca decae y nunca se hace pesado, a pesar de que la estructura en cada capítulo es, salvo pequeñas variaciones, casi siempre la misma.
Yo, por mi parte, disfruté particularmente este aspecto. Posteguillo empieza, como buen escritor, contando una historia sobre un particular para, a lo largo de unos pocos párrafos, convertir a ese ser en el ente al que estamos acostumbrados, ese que, en cierto modo, se nos ha dado en herencia. En ese intervalo me gustaba intentar adivinar de quién se me iba a hablar. Acerté unas cuantas veces, por cierto, aunque esas no eran necesariamente mejores que las que me acababan sorprendiendo.
Pero el valor de La noche en que Frankenstein leyó el Quijote no reside únicamente en las curiosidades que pueda contar. Es un libro más que entretenido, rápido de leer (como habréis podido comprobar) y no necesariamente de olvidar. Ha sido, en pocas palabras, una muy grata sorpresa a todos los niveles. Gracias a Clío, que fue quien me lo regaló mi pasado cumpleaños.
Mañana a las 20:15 Santiago Posteguillo presenta esta novela en la Semana Negra de Gijón. Podéis ver más información sobre este y otros eventos en su página web oficial.
Tengo la firme intención de asistir. A ver si hay suerte y, además, consigo que me firme el libro.
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