Es probable que este post también contenga spoilers. Era inevitable.
Hablando de cosas inevitables: que estos dos acaben juntos no lo parecía todo el tiempo. Es cierto que viendo el trailer de esta película, viendo los primeros minutos y viendo cómo se desarrolla la historia un final feliz es lo único que se le puede pasar por la cabeza a cualquiera. Reconozco que ese no es el mayor interés de Amigos de más. Pero, como os digo, la duda se impone en un momento determinado. Amigos de más se sobrepone al sino inevitable de toda comedia romántica para convertirse en un fiel reflejo de la vida misma: sin buenos ni malos ni destino que valga, sin fuegos artificiales en el momento que algunos llamarían culmen, sin soluciones únicas, sin caminos únicos.
Se la compara mucho con (500) días juntos. Supongo que eso también era inevitable. Aunque no podrían ser más diferentes, en general coinciden en el punto que las distingue y las hace tan geniales a su manera: consiguen que la misma historia de siempre no lo sea tanto, que aunque el final se vea claro al final del camino el recorrido no sea aburrido. Y no lo es.
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