Me tienen preparado un maratón de Marvel bien guapo para este verano. Además, por lo que me contaron, vamos a seguir un orden muy concreto. Dicen que así se pueden ver mejor los guiños de una película a otra.
Según todo esto, la primera que nos toca es Iron Man. Reconozco que en su momento no esperaba gran cosa de esta película, ni siquiera cuando empezamos a organizar este maratón. Pero me habían dicho que era muy divertida y que tenía un punto diferente, y a mí con eso me vale. Estaba motivada.
Y Iron Man cumplió. Me entretuvo mucho y sí es cierto que se sale un poco de lo convencional. El protagonista, a pesar de lo que parece a menudo, puede llegar a sentir y padecer como cualquier otro. Se intuye que puede llegar a dar mucho de sí.
Pero a mí lo que más me gustó fue la figura del "villano". Y mira que Iron Man empieza mal en ese sentido. Los primeros minutos de la película, que casi forman una historia independiente, los domina uno de esos personajes que quieren conquistar el mundo sin más. Hay acentos extranjeros, explosiones... Lo más típico que te podrías esperar de una clásica película americana.
Menos mal que acaban dando un giro. Al final, en lugar de esa destrucción porque sí lo que tenemos es un malo al que se puede entender. Ojo, no me refiero a que se pueda empatizar con él, sino a que sus motivos son "terrenales", por así decir. Personalmente, me parece que queda todo mejor atado de esta manera.
Ahora a por el resto. Me dijeron que la historia iba madurando con las siguientes películas. Hace falta, la verdad, aunque las bases que asienta Iron Man no son malas; sólo mejorables.
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