Pioneros prometía ser la historia de una mujer contra el statu quo. Imaginaos: por una vez es la hija de la familia la que saca adelante el sueño de su padre. Ella, y no cualquiera de sus hermanos. Ni siquiera hoy hay tantas historias así, ¿cómo no me iba a animar con esta lectura del Club Pickwick?
Por desgracia, Alexandra pasa muy pronto a un segundo plano: Pioneros toma su progreso como una medida temporal para ubicar y desarrollar otra historia diferente. Intento no aferrarme a estos "lo que pudo haber sido y no fue" pero Alexandra me parecía tan interesante que no pude evitar pasarme todo Pioneros echándola de menos. Tampoco ayuda que las historias de amor me interesen más bien poco, aunque es cierto que la de Pioneros no es excesiva ni rimbombante. Nunca será lo que esperaba de la novela, pero no puedo decir que no llegase a disfrutarla. Era imposible no hacerlo, con unos personajes tan bien dibujados que se podían tocar.
Al final toda esta pataleta se reduce a una cuestión de expectativas; son cosas que pasan. Yo quería ver cómo Alexandra conseguía hacerse oír por encima de los prejuicios de sus hermanos y vecinos, no que me contasen que ya lo había conseguido.
Al final toda esta pataleta se reduce a una cuestión de expectativas; son cosas que pasan. Yo quería ver cómo Alexandra conseguía hacerse oír por encima de los prejuicios de sus hermanos y vecinos, no que me contasen que ya lo había conseguido.
Gracias por descubrirme "El club Pickwick". Me parece una iniciativa fantástica.
ResponderEliminarTe recuerdo siempre, Ana.
María José
Gracias a ti por pasarte, María José :)
EliminarLa verdad es que es impresionante todo lo que consiguieron mover las del Club Pickwick.