Chico & Rita empieza con un flashback. Me encantan estos detalles porque es como si una historia se detuviese para contarse a sí misma. En fin, siempre lo he dicho: me encanta que me cuenten cuentos.
A partir de aquí la historia de Chico y Rita se desarrolla como muchas otras. Son los detalles lo que la hacen especial y, sobre todo, la atmósfera. En esta película se crea un ambiente inolvidable, un regusto de esos que nunca llegan a abandonarte.
Hay un detalle curioso, ahora que lo pienso. Buena parte del romance de estos dos personajes, así como el rumbo que seguirá cada uno por su cuenta, se narra a través de una serie de momentos. No son necesariamente momentos clave, pero son lo que tenemos para hacernos una idea de su progreso (en todos los sentidos). No me suele gustar mucho esta forma, si os digo la verdad, pero creo que en Chico & Rita no podría haberse hecho de otra manera; no habría quedado tan bien.
Recuerdo que lo único que podía pensar, según avanzaban estos instantes, era cómo podía terminar la historia. Fue un proceso bastante agónico, la verdad, porque sólo podía imaginarme un final más bien triste. No trágico ni desgarrador, sino un final de esos tan tristemente reales. Descubrid vosotros si me equivoqué o no.
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