No sé muy bien por dónde empezar. Es que, como suele ocurrir con las películas de Nolan, el más mínimo desliz podría estropear El truco final para quien no la haya visto todavía. No estoy hablando de spoilers; esto está a otro nivel. En fin, procuraré andar con cuidado.
El truco final me recordó mucho a Memento por la forma de contar la historia. Aunque también es verdad que en Memento simplemente se seguía el camino inverso, desandando la tradición. En El truco final, en cambio, lo que tenemos son una serie de momentos entremezclados, distintas líneas de pasado y presente que se enredan en la trama hasta el último segundo.
Lo curioso es que nunca llega a resultar difícil de seguir. Bueno, puede que al principio sí, hasta que uno se hace a la dinámica, pero con un poco de atención siempre es posible encontrar pistas visuales para ubicarse en el relato. Nolan es bastante generoso en ese sentido.
Supongo que la explicación del final no convencerá a todo el mundo. Puede que la película te vaya conduciendo en una dirección opuesta a lo que resulta al final, no lo sé. A mí sí me gustó, aunque a lo mejor es porque sigo sin tener en cuenta esas sutilezas de los géneros.
Igual ya he hablado demasiado.
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