jueves, 15 de mayo de 2014

Tormenta de espadas, de George R. R. Martin

Estoy en shock. No sólo por haber adelantado por fin a la serie en algunas tramas, que es más de lo que esperaba a estas alturas. Es que Tormenta de espadas es espectacular. 
Lo malo es que ahora llevo un poco peor los cambios que se han hecho al adaptarla. No sé si lo recordaréis, pero este dilema ya empezaba a rondarme cuando leí Juego de tronos y fue a peor con Choque de reyes. Pero bueno, haré lo posible por reponerme. Además, este ya no es un tema nuevo, no merece la pena seguir mareando la perdiz.
Entrando en materia, me ha encantado leer algo sin saber qué iba a pasar por primera vez desde hace casi un año. Cosas como la Boda Roja han sido igualmente traumáticas, claro, pero nada comparado con sentirse totalmente perdido. De verdad, hubo momentos en los que me sentí completamente desorientada. No tenía ni idea de qué estaba pasando, ni por qué, ni de dónde salía toda esa gente. No me refiero a lo típico de que se te olvida un nombre o de que mezclas tramas: es que en estos libros sólo ves lo que el protagonista del capítulo ve, de forma que compartes sus lagunas. En eso Martin es un auténtico maestro, sobre todo porque al final consigue que toda la información cuadre perfectamente para el lector. Pero en ningún momento olvida que la desinformación puede ser igualmente importante; eso es lo genial del asunto.
Ahora, si no os importa, me voy a compartir traumas y teorías. Lo necesito.

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