Hace años leí Lo que sé de los vampiros, de Francisco Casavella y, aunque tengo la sensación de que en su momento no la entendí del todo, sí hubo una idea que me marcó y que he recuperado no pocas veces desde entonces; diría incluso que ha fijado la pauta de ciertos aspectos de mi vida. "Los garbanzos del alma", decía uno de los personajes. No recuerdo la frase exacta, y apenas el contexto, pero voy a intentar explicaros lo que significó para mí: sin pasión, no hay vida que merezca la pena vivir.
Quizá La invención de Hugo trate sobre esto.
Hugo tiene un objetivo, una especie de "labor vital" que, curiosamente, no se rebela al principio de la película, sino casi al final.
Lo mismo ocurre con el resto de los personajes: todos ellos están en el mundo por alguna razón en particular, aunque la ignoren o hayan perdido ese norte personal.
Así, cada uno con un papel propio, el mundo funciona como un reloj, con una maquinaria perfecta. Increíblemente perfecta, diría yo. La verdad es que este tipo de ideas a escala mundial se me escapan; me van grandes.
Otro detalle curioso (y probablemente genial) sobre La invención de Hugo es que su tema no es obvio. Compras tu entrada pensando que vas a ver "al niño de los relojes" y cuando sales resulta que te han contado una historia sobre el cine. El cine desde dentro, además.
Martin Scorsese dirige al público como le place a través de un mapa laberíntico que sólo él conoce, dosificando la información, casi apabullando con una fotografía increíble e impecable (en serio, los primeros minutos de La invención de Hugo son absolutamente impresionantes; merecería la pena verla aunque sólo fuera por estos dos minutos).
Sin embargo, tengo que ponerle una pega: no hay malvado. Es verdad que no te paras a pensar en esto hasta que estás en tu casa otra vez, un par de horas después de que el último nombre de unos larguísimos títulos de crédito cruce la pantalla, pero sigue sin haber malvado.
Es una película preciosa, quiero dejar eso claro, pero yo necesito un personaje al que odiar. Necesito enfadarme, indignarme, frustrarme y poder dirigir toda esa rabia hacia alguien concreto.
En ese sentido es probable que La invención de Hugo sea la película más realista que veremos en mucho tiempo: de alguna forma enseña que la adversidad no llega cogida de la mano de nadie. Como mucho, de la nuestra.
Y la ficción. ¡Qué necesaria es la ficción para que cada uno pueda llegar a alcanzar el sitio que le pertenece!
ResponderEliminarPd. Fíjate a lo que se dedica su amiga al final de la película, a escribir. De uno u otro modo todos están condicionados por las historias.
Es verdad... No me acordaba de ese detalle, para ser sincera.
EliminarCreo que hoy me he centrado más en lo global de la película, quizás dejando de lado detalles tan significativos como ése.
Gracias, Raquel. ¡¡Qué importantes son los comentarios!!
Como cosa mínimamente destacable, a mi modo de verlo, el "malvado" sería el policía. Diría que es una especie de paralelismo a Robin Hood: Hugo, el héroe, huyendo de la justicia, encarnada en este cojo sheriff de Nottingham. Como yo lo entiendo, es por eso la referencia al libro de Robin Hood siendo el favorito de Hugo y su padre, y que el librero - interpretado por el eternamente fantástico Sir Christopher Lee aka Saruman aja Conde Dooku aka Drácula aka una larga lista de grandiosos papeles - se lo regale. Aunque, por supuesto, no es un malo demasiado odiable... y al final, hasta se porta bien.
ResponderEliminarAl principio me daba esa impresión, pero creo que es demasiado entrañable como para mantenerla. Al final es exagerado lo buenín que es, pero ya la primera vez que se ve su despacho es imposible odiarle.
EliminarAdemás, creo que incluso su pierna estaba hecha para que diera lástima, más que miedo.
A mí me gustó mucho, me considero una fanática de este tipo de películas "infantiles". La luz, la ambientación, la época... me encanta!
ResponderEliminarBen Kingsley me sorprendió una vez más, y me resultó muy agradable la aparición de Christopher Lee, en ese papel tan entrañable.
Bien merecidos tiene los premios.
A mí también me encanta la estética de estas películas. ¡Es casi como volver a ser niño!
EliminarA todos los que aún no la han visto les digo que sólo por esto (aunque no me parece poco, ni mucho menos) merece la pena ver La invención de Hugo.
Me reitero en lo de la ausencia de malvado, pero en lo demás... CHAPÓ.