El otro día estaba hablando de series con una compañera de clase. Tenía tan reciente Unbreakable Kimmy Schmidt que era inevitable hablar de ella. Lo que me dejó totalmente descolocada es que no sabía cómo explicarle de qué trataba; no me refiero a lo que me pasa siempre y repito tanto en este blog. Debió de ser raro, sobre todo porque empecé, bueno, por lo que es: un grupo de mujeres de vuelta en el mundo exterior después de pasar quince años secuestradas en un búnquer. Supongo que esta premisa al lado de "sitcom" dio una imagen muy extraña. Pero es que ni siquiera ahora se me ocurre otra cosa. Realmente es eso de lo que trata Unbreakable Kimmy Schmidt, y lo hace siempre en clave de comedia.
Ahora bien, recordemos quién está detrás de esta serie: nada menos que Tina Fey. De esta mujer no me sorprende tanto que sea capaz de hacer una comedia tan buena a partir de un tema tan poco dado a bromas. Lo que más me gusta de Unbreakable Kimmy Schmidt es precisamente el punto en que ambas dimensiones, la cómica y la seria, se solapan: aunque domine la comedia, la humanidad nunca está ausente en Unbreakable Kimmy Schmidt.
Por supuesto, esta no deja de ser una sitcom de manual, con todos los elementos a los que ya estamos más que acostumbrados: las exageraciones, los escenarios estáticos, esa temporalidad tan propia... Creo que son "convenciones" que deben aceptarse sin más para poder disfrutar un poco. Sin embargo, Unbreakable Kimmy Schmidt da un pequeño paso hacia un cierto realismo y plantea detalles nimios en apariencia pero que acaban revelando una importancia capital. En esa línea es imprescindible destacar el mimo con que están concebidos los personajes; es imposible no acabar queriéndolos a todos, a cada uno por lo que demuestra ser.
Sólo hay que tener un poco de paciencia: Unbreakable Kimmy Schmidt nace como una comedia de siempre; su carácter propio se va demostrando poco a poco.