Literalmente crecí con Harry Potter y, lo que es mejor aún, Harry Potter fue creciendo con mi generación. ¿Os acordáis? Pudimos ver cómo los cuentos de niños se transformaban en algo más grande, revelando lo que desde el principio estuvo detrás de ellos.
Los detalles que de pequeños tanto nos maravillaron tuvieron siempre una razón de ser, que no se descubrió hasta el ultimísimo momento. Una labor titánica, diría yo, muy digna de la mejor novela de detectives: todo estuvo siempre ahí, delante de nuestras narices; sólo había que atar los cabos.
Por eso me ha gustado tanto leer los siete libros del tirón, porque por primera vez he podido verlos de forma global, como lo que siempre fueron: una única historia, honda, magistralmente planeada y sin fisuras.
Pero claro, pasa lo de siempre: es difícil (por no decir imposible) plasmar todos esos elementos en una película (o en ocho). Esta vez, con la lectura tan reciente, he podido darme cuenta de cuánto se quedó fuera, perdido como el espectador que no conociese la historia completa.
Es cierto, todo sea dicho, que la mayoría de las películas de Harry Potter realmente llegan a funcionar como tales pero, nunca me cansaré de repetirlo, no dejan de ser resúmenes de las novelas. No es de extrañar, pues, que muchas (muchísimas) veces queden tramas incompletas o mal resueltas y, sobre todo, grandes descubrimientos reducidos a meras casualidades. Recuerdo que en Harry Potter y la Orden del Fénix se hacía incluso necesario recurrir a la novela para poder entender lo que ocurría en pantalla. De ahí que la considere el más estrepitoso fracaso de esta franquicia cinematográfica.
Ahora bien, tampoco debería pasar por alto que no son precisamente pocas las veces que se alteran ciertos detalles y se consigue un muy buen resultado que, si bien distinto del original, es muy digno de su premisa. Tengo que reconocer que me costó más o menos seis películas llegar a esta conclusión (o tregua).
Con todo, el recorrido ha sido más que satisfactorio. Así doy por terminado el maratón Harry Potter, que me ha devuelto lugares que creía olvidados y recuerdos que parecían perdidos.
Harry Potter y la piedra filosofal: Puesto #149 de las 200 de Cinemanía.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte II: Puesto #171 de las 200 de Cinemanía.
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