¿Remake de una película reciente o nueva adaptación? ¿Es la Millenium de David Fincher una muestra más del nuevo imperialismo estadounidense, o simplemente la prueba patente de que se podía hacer una mejor adaptación de la novela homónima?
No soy crítica de cine, a la vista está, pero sí soy una buena lectora y una cinéfila apasionada; por algo se empieza. Partiendo de esta base, sólo puedo decantarme por la segunda opción.
Leí los libros de Stieg Larsson (bueno, me queda el tercero, pero para eso todavía falta) y vi las versiones suecas unas cuantas veces.
Pero vayamos por partes:
Los libros.
En resumidas cuentas, podemos decir que Millenium es la clásica novela negra... pero con una vuelta de tuerca. Vuelta y media, más bien. Me encantó Los hombres que no amaban a las mujeres simplemente -aunque no es poco- porque no me pude imaginar quién era el malo, el asesino o como queráis llamarlo, hasta el mismo final. Y me fui devanando los sesos para averiguarlo eh. Ésa fue otra de las cosas que me encantó del libro, que te daban indicios con los que tú podías construir teorías propias, aunque no sirviesen para nada.
En el segundo libro, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, no ocurre exactamente esto. Pude adivinar la supuesta gran revelación de la novela antes de cien páginas, cosa que me decepcionó un poco, pero no por ello dejé de disfrutar la novela.
Ya comentaré qué ocurre con el tercero y último, La reina en el palacio de las corrientes de aire, pero de momento, basándome en la película que ya he visto (fue sin querer, lo juro), tengo grandes esperanzas puestas en él.
Las películas.
Me ha parecido oír por ahí a algún crítico decir que a la última adaptación de Millenium le sobra metraje. Como digo, no me dedico a esto pero, llámese deformación "profesional", llámese manía, me gusta que cuando un libro pasa a la gran pantalla se respeten algunos puntos. Muchas veces esto se refleja en películas largas. Muy largas, otras tantas. Demasiado, algunas.
En este caso concreto yo no creo que sobren minutos (bueno, si acaso en los créditos iniciales, demasiado abstractos para todo el tiempo que ocuparon, diría yo). De hecho, el problema que tuve con la película sueca fue que la encontré escasa: trataba todo lo relacionado con Wennerström de una forma muy superficial.
Pero como el asunto se soluciona con la mini serie, no puedo, ni mucho menos, quejarme. De hecho, cuando supe que en Estados Unidos se iba a hacer una adaptación hasta me molestó. ¿Por qué cojones se tienen que meter en todo?, pensaba. Por todos es sabido que a los yankis les encanta hacer su propia versión de cualquier cosa, pero esto ya parecía demasiado. ¿El remake de una película de hace dos años? Sin embargo, después de verla concluyo que la nueva Millenium se constituye como una visión propia de la obra de Stieg Larsson, independiente de la de sus paisanos.
En conclusión, recomiendo leer los libros, primero de todo, y ver las dos versiones, la sueca y la americana. No las comparéis demasiado; valorad las virtudes de cada una.
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