domingo, 8 de marzo de 2015

Into The Woods


A veces una va al cine extremadamente motivada, segura de que la película que empieza le va a encantar. Encima, a menudo estas son ocasiones que, por lo que sea, se van posponiendo, así que las expectativas aumentan a un ritmo incontrolable. Es una pena cuando, esperando todo lo contrario, lo que te encuentras es un chasco. 
Hice todo lo posible para que me gustase Into The Woods, de verdad que lo hice. A ver, no quiero decir que sea un completo desastre porque eso tampoco refleja la realidad. Lo que pasa es que en esta película afloran una serie de deficiencias que se acaban imponiendo, por mucho que intentemos que no sea así.
Es una auténtica pena porque Into The Woods prometía muchísimo. No sólo por aquel trailer tan estupendo (que influye mucho, no nos engañemos), sino porque esta película, con todo, sigue teniendo su encanto. Será porque siempre sentí debilidad por ese cine que conserva un cierto aire teatral. 
Al margen de todo eso, que es una cuestión de puro gusto personal, lo cierto es que el planteamiento de Into The Woods era muy interesante. El problema es que no se aprovechó todo su potencial. Hubo muchas ideas que no se desarrollaron hasta sus últimas consecuencias, de manera que acabaron por no ser más que meros apuntes, olvidados al final de la película. Me refiero, por ejemplo, a que el amado príncipe de la Cenicienta reconoce que a él le educaron "para ser encantador, no honesto". No sé si estas fueron sus palabras exactas, pero quedémonos con el sentido: había algo más detrás de la fachada de siempre y alguien se molestó en darle una vuelta de tuerca o, por lo menos, en intentarlo.
Ese es un detalle que a mí me resultó muy llamativo, aunque no es de los más importantes; por lo menos su falta de desarrollo no deja cojo el relato. Esto sí ocurre, sin embargo, con lo que tiene que ver con el personaje de Meryl Streep y, en general, con toda su trama. La bruja que interpreta se pasa toda la película saltando a la comba con la fina línea que separa el bien del mal. Vale, hasta ahí bien. El problema es que nunca se la llega a entender del todo porque sus motivaciones no se explican; parece que se acabaron olvidando de ellas. Es una pena que el personaje que realmente sostiene toda la historia acabe perfilado de una manera tan pobre. 
Es una auténtica lástima que, por no prestar atención, Into The Woods se fuese al traste. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Big Hero 6

Big Hero 6 es una película tierna como pocas. Sin embargo, no se queda ahí. Por mucho que me hubiesen dicho antes de verla, nunca me habría imaginado que podría llegar tan lejos. 
Supongo que en esto tendrán que ver los prejuicios más extendidos sobre el cine de animación. Tengo que reconocer que, por mucho que me encante, siempre espero un entretenimiento más cálido que trascendental, un paréntesis de retorno a tiempos menos complicados. Big Hero 6 conserva esto, parte de ahí, pero acaba ofreciendo uno de los retratos más sinceros sobre el dolor y la pérdida.
Os podéis imaginar que es desolador. Es una sensación que flota en el aire a lo largo de toda la película aunque, no os preocupéis, no es que se regodee ni nada por el estilo.
A lo mejor me sorprendió tanto porque no me esperaba ese nivel madurez de una película de animación. Creo que demuestra un gran respeto por su público, infantil o no, y eso no es algo que ocurra siempre.
No puedo evitar acordarme de Up. Estas dos son películas que, bajo su apariencia entrañable, esconden verdades universales. Cada una en su estilo, ambas son buenísimos ejemplos de esas experiencias personales que de vez en cuando puede ofrecer el cine.