jueves, 14 de julio de 2011

Un traje, una mochila y tinta verde en un paso de cebra

Hace ya algún tiempo estaba dando un paseo por mi ciudad cuando vi a un hombre que me llamó la atención. Estaba esperando en un paso de cebra, como todos los que lo rodeaban. Sin embargo, había algo en él que... No sé. Realmente no era un tipo extraño; era un hombre con traje y corbata, mochila a cuestas, que esperaba a que el semáforo se pusiera en verde.
Entonces estaba leyendo El bolígrafo de gel verde. Creo que los que ya lo hayáis terminado entenderéis la asociación de ideas.  O a lo mejor fue una paranoia sólo mía.
De todas formas, de un tiempo a esta parte muchas de las cosas cotidianas que me rodean me recuerdan a este libro. Puede que a partir de ahora empiece a usar tinta verde; quién sabe, a lo mejor consigo dar un giro a mi vida.
Y a todo esto, ¿de qué va El bolígrafo de gel verde? Por suerte o por desgracia, éste es un libro de sinopsis imposible. No podría decir claramente cuál es su argumento, pero sí que es una imagen aún más clara que lo que el espejo me devuelve todas las mañanas, sea lo que sea.

2 comentarios:

  1. Hola, Ana,
    acabo de leerla y me ha encantado.

    Qué bonito lo del hombre que te llamó la atención y te hizo recordar la novela. Yo entiendo perfectamente la asociación que hiciste, yo también la habría hecho.

    Me encanta saber que muchas cosas cotidianas te llevan hasta el libro, pues eso significa que la historia te llegó.

    Me gusta la frase de que es una imagen aún más clara que lo que el espejo me devuelve todas las mañanas, sea lo que sea.

    Mil gracias.

    Si no te importa la comparto en Facebook.

    Un abrazo.

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  2. Muchísimas gracias :D
    (Por problemas técnicos no he podido comentar antes U.u)

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